Ahora Que No Estas
Páginas: 4 (759 palabras)
Publicado: 29 de octubre de 2012
AHORA QUE NO ESTAS
No tengo nada que justificarte, la historia ya la sabes de memoria y no me explico, que a estas alturas de la vida, persistan tus sospechas y celos cansones por mis idastemprano a casa, los primeros viernes de cada mes. tenemos dos años de relaciones y todavìa no te has acostumbrado a la idea que ese dìa no es tuyo y no te lo puedo ofrecer; es una vieja costumbre de mamá,te lo he dicho en repetidas ocasiones. desde muy niño, a las siete de la noche de ese dìa, hemos abandonado todo para correr a su lado.
cuando estábamos pequeños nos reportaba los momentos másalegres de nuestra infancia y el cumplimiento a la cita era compensado con dulces y golosinas mientras mamá celebraba. eran los instantes más propicios para hacer los pedidos que quisiéramos, por másinsólitos y extravagantes que fueran, por que mamá, en esas circunstancias era incapaz de mentirnos o negar nada y las promesas arrancadas bajo el juramento, que motivados por la ocasión, eransagrados.
cuando mis viejos se conocieron, papá ya tenía ese pequeño lugar ambulante de diversiones; había de todo, carritos locos, carruseles, olas marinas, sillas voladoras y hasta carritos chocones.iban de pueblo en pueblo, de barrio en barrio, armando y desarmando aquí y allá con demente entusiasmo, llevando a Nicolás y a mí a cuestas. por eso, en aquellos tiempos, nunca pudimos estudiar confundamento.
desde un día ya lejano, las cosas comenzaron a cambiar. escaseaban las funciones y las ganancias. papá nos decía que los gastos del trasteo, cada día mayores, lo estaban llevando a laquiebra irremediable. se redujo considerablemente el rítmo de salidas a otras partes hasta que desaparecieron. se fueron vendiendo los juegos para facilitar el transporte pero eso redujo el interésdde la gente en los pueblos por nuestro espectáculo hasta que un día papá decidió no viajar más.
todo se redujo a esta ciudad, al trasteo continuo de barrio en barrio. mamá pasó a manejar el...
No tengo nada que justificarte, la historia ya la sabes de memoria y no me explico, que a estas alturas de la vida, persistan tus sospechas y celos cansones por mis idastemprano a casa, los primeros viernes de cada mes. tenemos dos años de relaciones y todavìa no te has acostumbrado a la idea que ese dìa no es tuyo y no te lo puedo ofrecer; es una vieja costumbre de mamá,te lo he dicho en repetidas ocasiones. desde muy niño, a las siete de la noche de ese dìa, hemos abandonado todo para correr a su lado.
cuando estábamos pequeños nos reportaba los momentos másalegres de nuestra infancia y el cumplimiento a la cita era compensado con dulces y golosinas mientras mamá celebraba. eran los instantes más propicios para hacer los pedidos que quisiéramos, por másinsólitos y extravagantes que fueran, por que mamá, en esas circunstancias era incapaz de mentirnos o negar nada y las promesas arrancadas bajo el juramento, que motivados por la ocasión, eransagrados.
cuando mis viejos se conocieron, papá ya tenía ese pequeño lugar ambulante de diversiones; había de todo, carritos locos, carruseles, olas marinas, sillas voladoras y hasta carritos chocones.iban de pueblo en pueblo, de barrio en barrio, armando y desarmando aquí y allá con demente entusiasmo, llevando a Nicolás y a mí a cuestas. por eso, en aquellos tiempos, nunca pudimos estudiar confundamento.
desde un día ya lejano, las cosas comenzaron a cambiar. escaseaban las funciones y las ganancias. papá nos decía que los gastos del trasteo, cada día mayores, lo estaban llevando a laquiebra irremediable. se redujo considerablemente el rítmo de salidas a otras partes hasta que desaparecieron. se fueron vendiendo los juegos para facilitar el transporte pero eso redujo el interésdde la gente en los pueblos por nuestro espectáculo hasta que un día papá decidió no viajar más.
todo se redujo a esta ciudad, al trasteo continuo de barrio en barrio. mamá pasó a manejar el...
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