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DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO Y MANUEL PUIG:
GEMELOS DIÓSCUROS1

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INSTITUTO SUPERIOR DE TRADUCTORES E INTÉRPRETES (HIVT)

A primera vista, los planteamientos del escritor y estadista Domingo Faustino
Sarmiento (1811-1888), cuyo Facundo2 (1845) alcanzó un estatuto fundacional
para las letras argentinas, y los de Manuel Puig (1932-1990) se excluyen mutuamente.
Una relectura del Facundoa la luz de Boquitas pintadas3 (1969), la segunda
novela de Puig, revela sin embargo que los proyectos de ambos autores se parecen en al menos un aspecto. Las dos obras se caracterizan por una pugna entre
dos fuerzas incompatibles: la forma (flexible e informal en Sarmiento, libresca
en Puig) contradice el contenido («civilizado» en Sarmiento, «popular» en
Puig); lo que se condena en el planopolítico o social modula el plano artístico.
SARMIENTO: AUTOR PARADÓJICO

El detonante inmediato del Facundo es la llegada a Chile de un embajador
del caudillo Juan Manuel de Rosas para desacreditar a Sarmiento y pedir su extradición. Apremiado por las circunstancias, Sarmiento comienza a publicar, como folletín por entregas, un texto que venía madurando desde la militante oposición al dictador y quepublicó en 1845, casi sin pulir, a lo largo de un mes, en el
periódico chileno «El progreso». En este clásico de la literatura argentina, la
«civilización» es promovida y la «barbarie» expulsada.4 En la obra se describe
la historia heroica de un caudillo de la Rioja, Facundo Quiroga. Este antece1

Este texto es un fragmento ligeramente modificado de nuestra tesis doctoral: La omnipresencia de
lamimesis en la obra de Manuel Puig. Análisis de cinco novelas (por publicar).
Domingo Faustino Sarmiento, Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga, ed.
Roberto Yahni, Madrid: Alianza, 1970
3
Manuel Puig, Boquitas pintadas, Barcelona: Seix Barral, 1986.
4
Shumway observa que el binomio no fue acuñado por Sarmiento: «Later writers, particularly
Domingo Faustino Sarmiento, would popularizethe terms, but he did not invent them. They
were already in Argentine political discourse at least as early as the Rivadavians» (Nicolás
Shumway, The lnvention of Argentina, Berkeley - Los Angeles - London: University of California Press, 1991, pág. 90).

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dente del dictador Rosas anticipa al monstruoso Calibán, que no sólo será uno
de los polos de la antinomia que el pensadoruruguayo José Enrique Rodó
planteará más tarde (Ariel, 1900), sino también un
modelo que encontramos en la historia y cultura americanas bajo ropajes del
cacique, del caudillo, del dictador. Así, Sarmiento define muchos de los grandes
términos alrededor de los cuales se entablará el debate intelectual americano (José
Miguel Oviedo).5
Julio Ramos 6 hace hincapié en el lugar que las letras ocupanen América Latina en la época de los «escritores patricios» (Sarmiento, Bello...). La nación que
se exige es una realidad «letrada».7 Del otro lado de la escritura se levanta una
dimensión amenazante de lo otro, la suciedad, que representa una de las metáforas que complementan el gran axioma de la «barbarie»: «[...] la modernidad se
ve intrínsecamente ligada a políticas de higienización de sujetos,lenguas y territorios» (Ramos, 1989, 38). Como parte de una nueva sensibilidad, se desarrolla
una fobia por el complejo cultural de la «barbarie» y una compulsión por la corrección y la limpieza (del cuerpo, de la lengua, de la sangre).
El exclusivismo literario ha persistido con particular firmeza en la Argentina
(piénsese en el fetichismo del libro en Borges). Para Sarmiento, la articulación
delo culto concebido a partir de semejanzas con lo ajeno, pasa forzosamente
por la asimilación del código libresco. Niño precoz, de memoria excepcional,
autodidacta deseoso de afirmarse, lector indiscriminado, el autor del Facundo
pretende conjurar el exterior con sus escritos. Él mismo advierte haber dibujado
el paisaje y los tipos de personajes a partir de reminiscencias literarias, sin haber...