Aislamiento en una cultura de masas
“Quien no se adapta resulta víctima de una impotencia económica que se prolonga en la impotencia espiritual del aislado. Excluido de la industria, es fácil convencerlo de su insuficiencia. Mientras que en la producción material el mecanismo de la oferta y la demanda se halla ya en vías de disolución, continúa operando en la superestructura como control quebeneficia a los amos.”1
Hace ya un par de días, 2 semanas para ser un poco más exacto, los alumnos hemos presenciado una suerte de conferencia en la que entablamos ideas, pensamientos y palabras con escritores cordobeses: Luciano Lamberti, Flavio Lopresti, Sergio Gaitieri y Adrián Savino. Durante el transcurso de la charla ellos compartieron con nosotros sus experiencias y apreciaciones sobrela industria cultural, y en un momento un compañero levantó su mano y preguntó: “¿Ustedes pueden darnos algún consejo de cómo uno puede ‘escribir bien’? ¿De cómo puede un escritor entrar con pocas dificultades en el marco de la industria cultural, en un mercado?”
Adaptarse a los mandamientos y dogmas de la sociedad, darle en bandeja servida lo que la masa consume y le divierte en vez de lo queforma a uno, de lo que le interesa y de verdad quiere transmitir y compartir, conforman el menú cultural en las diversas formas de manifestación del arte contemporáneo. “Si un tipo o tipa X quiere con sus escritos convertirse en alguien notable y memorado, si su deseo es volverse el nuevo o nueva Bonelli, va a tener que escribir como Bonelli”, contestó a la pregunta Lopresti sin pestañar. Al entraren esta llamada industria cultural vemos como no podemos sentirnos ajenos a las pautas impuestas ya de hace décadas por una sociedad que de a poco nos va amoldando a sus fines y conveniencias. Parece ser que en estos turbulentos tiempos, para poder pisar fuerte en el rubro y oficio de la escritura, debemos perseguir una especie de esquema repetido en el cual muchos de los escritores y escritorasque nos anteceden ya han caído,
donde la automatización de la vida cotidiana y la cultura del “facilismo” están impregnado hasta en lo menos trivial de los días.
“Las masas tienen lo que quieren y reclaman obstinadamente la ideología mediante la cual se las esclaviza. La funesta adhesión del pueblo al mal que se le hace llega incluso a anticipar la sabiduría de las presiones y supera el rigorde la Hays Office. […] Frente a la tregua ideológica, el conformismo de los consumidores, así como la impudicia de la producción que éstos mantienen en vida, conquista una buena conciencia. Tal conformismo se contenta con la eterna repetición de lo mismo”2
Es de éste modo como muchas personas que aspiran a transformarse en escritores ven desvanecidos en un sin esfuerzo los deseos e ideas dellegar a serlo. Al no cuadrar con un sistema que “orienta” al escritor a cómo tratar sus historias, con un lector que solo lee un tipo de novela o cuento sin desarraigarse a su ritual, la meta más asegurada para un futuro de su vida es el aislamiento de sus saberes y sus opiniones, mas no dejando de lado el abismo de insuficiencia que siente. La industria y el mercado nos incitan a escribirbanalidades y superfluidades de un cerebro colectivo, formado por un sistema de eventos ya repetidos en toda índole artística.
“Queda claro, pues, que la actitud del hombre de cultura, ante ésta situación, debe ser la misma de quien ante el sistema de condicionamientos ‘era del maquinismo industrial’ no se ha planteado el problema de cómo volver a la naturaleza, es decir, a antes de la industria, sinoque se ha preguntado en qué circunstancias la relación del hombre al sistema, y hasta qué punto es preciso elaborar una nueva imagen del hombre en relación al sistema de condicionamientos; un hombre no liberado de la máquina pero ‘libre en relación a la máquina’”3
Pero entonces, ¿cómo hacer para escapar de esta situación que agobia hasta al escritor más libertario y talentoso? ¿Se puede llegar...
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