Ajhdas

Tienes a todo el mundo engañado.
Nikole abrió los ojos cuando los golpes en la puerta se hicieron más fuertes y con más frecuencia. Se levantó quitando las sabanas que la cubrían, y descalzarecorrió el pasillo del segundo piso, se detuvo frente al gran reloj y vio que marcaba las dos de la tarde. Suspiro y se froto la cara con las manos, de nuevo había dormido demasiado. Los golpes seintensificaron, ella bajo casi corriendo y tropezando con el Sr. Pelusa, su gato.
-Buenas… Tardes –dijo el hombre que estaba detrás de la puerta. Llevaba un traje y unos lentes oscuros, aparentaba tener unoscuarenta años.
-Buenas tardes, lamento haberlo hecho esperar. ¿Qué se le ofrece? –se recargo en el marco de la puerta.
-Licenciado Moench. Vengo del departamento de préstamos. Se me ha informadoque tiene una cuenta vencida –Nikole se enderezo y lo miro confundida.
-Yo no he pedido ningún préstamo. –le dijo seria.
-¿Es usted la señorita Nikole Kuefer?
-Sí, soy yo. Pero no he pedido ningúnpréstamo. Apenas y llegue a vivir aquí hace tres meses.
-¿Vive sola señorita Kuefer? –pregunto intrigado.
-Si… Bueno, con mi gato. Pero no creo que a él se le haya ocurrido pedir un préstamo a minombre. –él rio.
-Necesito que me conteste algunas preguntas. ¿Me permite pasar?
-Adelante –dijo ella. Haciendo una seña con las manos, invitándolo a pasar.
Ella cerró la puerta y lo guio através de la gran casona. El piso rechinaba con cada paso que ambos daban, y pareciera que alguien los vigilaba.
-¿Enserio vive sola?
-Sí, mi abuela murió hace 5 meses y en su testamento estaba estacasa para mí. Mis padres no quisieron venir a vivir conmigo y como no tengo pareja decidí vivir sola. No necesito más compañía –sonrió.
-Bueno, debería advertirle que no es buena idea para unaseñorita como usted vivir sola a las afueras de la ciudad, es… peligroso.
-Se cuidarme sola ¿No se le ofrece nada de tomar? –sugirió ella, mientras los dos se sentaban en la sala de estar.
-No,...