AL LÍMITE

AL LÍMITE
Siempre le contaban a Ana que había sido ansiosa desde que estaba en el vientre de su madre. Ella no pudo esperar nueve meses, no, a los siete ya fue recibida entre júbilos, flores yglobos. Creció de manera acelerada: caminó, habló y aprendió antes de la cuenta, y eso último era el problema; haber comprendido antes de estar preparada. Pasaba las tardes inmersa entre libros, iba alcolegio con ansias de aprender y los ojos brillosos, con ese brillo característico de alguien que espera descubrir, con ese brillo que en ella fue empañándose al n sentir que ella entendía, pero noera entendida…
En los recreos se la podía ver sentada en las escaleras con las rodillitas apenas juntas y un paquete de galletas en la mano; curiosamente, siempre dejaba tres… ¿Qué no hubiera dadopor que alguien la invite a jugar? Quien sea, la nena presumida de las barbies lindas y huecas, la nena de anteojos y voz tímida, el nene revoltoso, cualquiera. Hubiera accedido a corretear y reír conquien hubiera aceptado el desafío de sacarla de su puesto, ahí, en el quinto escalón.
Hasta los catorce años el abrazo de su padre era, para Ana, desconocido. Él había dejado a su madre durante elembarazo, pero ese día-por algún motivo- se presentó alterando la calidez del hogar: su mamá estaba frenética, era un manojo de nervios; la abuela estaba de malhumor y alerta tiempo completo, hastael perro ladraba distinto… La niña se sintió, como era de esperarse, curiosa, deseosa de conocerle. Cuando bajó las escaleras para ir a su encuentro presenció-involuntariamente- un pleito entre suspadres: forcejeos, gritos, broncas contenidas y un montoncito de billetes que cayeron sin cuidado en la mesa, inútiles. Al notar la presencia de la niña, la mujer la llamó con un tono serio, imposible decontrariar. Recuerda haber oído que su mamá dijo “se dignó a aparecer por fin”, como también recuerda haber conservado el súbito entendimiento de aquello en su corazón. Sus padres pensaron que ella...