Al límite

Aquella noche hacía mucho frío.Él caminaba triste,sin rumbo fijo.
Miraba al suelo,pensativo.Estaba en estado de shock,no podía creer lo que había hecho.Había matado al amor de su vida,con suspropias manos.
La amaba tanto,que enloqueció.Se había convertido en una bestia despiadada y sin control sobre sus actos.
Ellos eran felices,hasta que la desgracia pasó a un primer plano.
Ella no hubieseimaginado nunca que moriría gracias a su amado.
Sólo se trataba de un amor platónico,imposible,pero ninguno lo sabía.
La primera vez que se vieron,ya se morían el uno por el otro.
Ella pensaba queno era suficiente para él,y cada noche dejaba secos sus ojos de llorar por alguien a quien ni siquiera conocía.
Él pensaba que una mujer como ella,no querría estar nunca con un hombre así.Y cada díaque pasaba,la impotencia le iba consumiendo hasta crear un ser de lo más despreciable.
Llegó el día en que ella declaró su amor por él.Éste no podía ni imaginar que su sueño se había cumplido.
Loque ella no sabía,es que sin quererlo le había convertido en lo peor que puede ser una persona que sufre y no controla su furia.
Vivieron su amor pocos días.
Fue por una tontería,un detalle sinimportancia,lo que le hizo enloquecer.Un empujón,un mal golpe,acabó con la vida de ella.Al tiempo que iba creciendo el charco de sangre de su cabeza,él iba reculando hasta alejarse de allí,abandonando elcuerpo de quien había amado con locura,literalmente.
Fue entonces cuando empezó a caminar sin rumbo.
Justo ahí,volvió a ser la persona que era antes.
Hincó sus rodillas en el barro y empezó a llorardesconsoladamente.Pensó que no merecía vivir.
De repente,la noche se encendió por completo,dado a un resplandor que iluminó todo el camino.
Se distinguió un joven rostro bastante demacrado.
Él,sindudarlo se levantó,y según iba andando hacía ella,su ropa se desprendía junto con su piel,pero él no se detenía.
No sentía dolor,sólo sabía que tenía que ir.
Era ella,había venido para que él...