Alamito
ALAMITO EL LARGO
ILUSTRACIONES DE
ANDRÉS JULLIAN
Barcelona
EDITORIAL ANDRÉS BELLO •
Buenos Aires • México D.F. • Santiago
de Chile
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CAPÍTULO I
El Álamo Vigía, con su enorme
catalejo cubierto de quin- tral,
observa sin cesar el horizonte.
Plantado en un extremo de la
Alameda, le es fácil ver todo cuanto sucede
en la vasta llanura de Chequén, desdelas
cumbres nevadas y azules de la Cordillera
hasta los lejanos cerros de la Costa, tras de
los cuales se acuesta el Sol, todas las tardes.
Orgulloso de su responsabilidad y de su
importante misión, el Álamo Vigía no
descansa ni de día ni de noche. Cuando ha
pasado la última carreta por el camino,
cuando el último jinete se apea de su bes-
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tia frente a su rancho, cuando sólo se oyeel
murmullo del agua en los esteros y el paso del
viento en el follaje de los árboles, el Álamo
Vigía da la señal convenida. Entonces, en la
Alameda entera estalla una alegre carcajada
vegetal. Todos los Álamos, grandes y chicos,
jóvenes o viejos, se alborotan, gritan, agitan
sus ramas, se desperezan. Y Alamito el Largo,
ese arbolito nuevo y vigoroso que estira y
estira su pescuezo paracrecer más ligero y así
realizar su ambición, grita a toda fuerza:
—Yo quiero ser mástil mayor del más
grande de todos los veleros del mundo... Yo
quiero ser el más alto de todos los Álamos de
la región, el más derecho, el más fornido...
Estoy aburrido de ser árbol, plantado en
tierra, prisionero de mis raíces, desterrado en
el campo, lejos del progreso y de la
civilización... Pero,amigos, ved cómo he
crecido desde anoche... Pronto me despojaré
de estas hojas vulgares, de estas ramas
pesadas, de estos nidos cuyos dueños abusan
de mi hospitalidad y seré el mástil mayor del
más grande de todos los veleros del mundo...
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¡Al Mar! Me pintarán de blanquísima pintura,
me pondrán velas maravillosas. ¡Adiós
tiuques ordinarios que ensucian mis ramas y
marchitan mis cogollossin ninguna
consideración! Alternaré con las gaviotas y los
pájaros marinos de todos los océanos...
Conoceré puertos y bahías, estrechos y
canales, golfos, islas y archipiélagos. Pasaré
los trópicos, alcanzáré hasta los polos. Me
enfrentaré con el Viento, veré frente a frente la
cara del Huracán, me codearé con las Trombas y los Tifones, los Tornados y los Maremotos, y allá, muy lejos, muylejos, seré
invitado de honor al congreso de los Arco
Iris... Veré ejércitos de tiburones, avistaré
ballenas, cachalotes y elefantes marinos, me
divertiré con los peces voladores y con las
tortugas de mar, conoceré los famosos
arrecifes de coral...
Terminado su discurso, Alamito el Largo
estira y estira su cogote hacia las estrellas.
Envalentonado por sus propias palabras, le
parece que yaestán por realizarse sus
ilusiones. Pero un murmullo de incredulidad
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acoge sus fanfarronadas. Los buenos Alamitos
campesinos se burlan y desprecian esos
cuentos, pero quizás en sus almas puras y
sencillas está a punto de brotar una duda, de
florecer una inquietud.
Adivinando el peligro que corren la inocencia y la tranquilidad de los pequeños,
Álamo Palo Seco, el abuelo venerable detodos
los Álamos de Chequén, exclama con su
imponente vozarrón:
—¿Y qué sabes tú del mar y del mundo,
chiquillo farsante, cuando no te has movido
nunca de esta región?
Picado, Alamito el Largo responde con
impertinencia:
—Es verdad, abuelo, que todavía no he
visto el mar, pero sí que he oído muchas cosas
sobre él y me he documentado en la mejor
forma posible. Mientras mis hermanos ymis
primos pasan todo el día distraídos, jugando
hojas al viento, sin pensar en nada, yo estudio,
observo, medito. Tengo, además, amigos muy
viajados y emisarios confidenciales y seguros,
que después de cada uno de sus viajes hasta el
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océano vienen a informarme de todas las
cosas que han visto, olido y comido por allá.
Mi amiga la Garza del Maule me da
verdaderas conferencias sobre...
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