Alberich El Modelo Operativo Pastoral Corregido
Ante los nuevos retos es importante colocar las acciones eclesiales en un renovado modelo convincente y de talante evangelizador, evitando el aislamiento y la incoherencia operativa desde una mirada global
y armónica.
1. UN PANORAMA GLOBAL
Frente a los nuevos desafíos es preciso replantearse a fondo el sentido de la misión de la Iglesiarespondiendo a preguntas fundamentales: ¿Cómo concebir la misión de la Iglesia en el mundo actual?, ¿qué
proyecto pastoral habrá que adoptar si queremos de verdad superar la crisis de credibilidad de los cristianos y ser evangelizadores en el mundo de hoy? En la raíz de estos problemas late una urgencia de fondo:
la necesidad de redescubrir y reformular la identidad cristiana, como misión y como experienciade fe en
una sociedad en transformación. Es necesario clarificar la originalidad e importancia de la propia misión
como personas y como comunidad. En perspectiva de futuro: ¿Qué comunidad eclesial queremos construir?, ¿qué proyecto de Iglesia debe orientarnos?
Es necesario tener presente todo el conjunto de la acción eclesial, evitando la polarización clerical que,
durante siglos, ha concentradola misión de la Iglesia en manos de los «pastores» (obispos, sacerdotes, religiosos). Queremos referirnos a la acción de los cristianos en cuanto Iglesia, sin olvidar, la diversidad de
misterios dentro del cuerpo eclesial.
Partimos de la concepción de la Iglesia –propia del Vaticano II– como «sacramento universal de salvación» (cf. LG 48), evocando los tres momentos fundamentales de su dinamismovital: convocación - comunión - misión. La Iglesia es convocación, «ekklesia» (reunión de convocados); se manifiesta esencialmente como comunión; y es enviada en misión, como pueblo mesiánico en medio del mundo. Convocación, comunión y misión son los latidos de un ritmo vital que, como sístole y diástole, llevan a la Iglesia a
recogerse para dispersarse, a reunirse para sentirse continuamentelanzada hacia el mundo, para anunciar
y ser testigo del Reino, del que es germen y primicia.
Vista en su conjunto, la praxis eclesial se articula ante todo según sus niveles de importancia, según el
grado de proximidad respecto al fin último de la Iglesia. Se distinguen así cuatro fundamentales niveles
operativos:
1.1. El objetivo y tarea fundamental de la acción eclesial: «en el mundo, para elmundo, al servicio
del Reino» (primer nivel)
Un primer rasgo esencial caracteriza la tarea de la Iglesia: el hecho de no existir para sí misma, sino al
servicio de un plan divino que supera con mucho los límites de la acción eclesial: el proyecto del Reino
de Dios. Este proyecto –llamado también plan universal de salvación, construcción del Cuerpo de Cristo,
unidad del género humano, paz mesiánica,vida en plenitud, etc.– es el plan grandioso de Dios sobre la
humanidad, que en Cristo y por medio del Espíritu se realiza en la historia. Es el proyecto de liberación
integral de una humanidad reconciliada y fraternal, realización de los valores que los hombres de siempre
anhelan y sueñan: «reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y
de paz».2 La venidadel Reino de Dios –esta «utopía del corazón humano»–3 constituye el anhelo supremo
y la meta final de toda la actividad de la Iglesia.
En cuanto «sacramento universal de salvación» (LG 48), sacramento del Reino, la Iglesia no se identifica con el Reino de Dios, sino que «constituye en la tierra el germen y el principio de este reino». 4 Ella es
«sacramento o signo e instrumento de la íntimaunión con Dios y de la unidad de todo el género humano»
(LG 1). Es «signo» –o sea, «anuncio» y «presencia germinal»– del gran proyecto de Dios sobre la huma1
Se trata de una adaptación del cap. 2 de E. ALBERICH, Catequesis evangelizadora, Manual de Catequética fundamental, Quito, Abya Yala, 2003.
2
MISAL ROMANO, Prefacio de la fiesta de Cristo Rey. Cf. GS 39.
3
Cf L. BOFF, Jesucristo el liberador,...
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