Albert Speer Y Su Obra
“Berlín, 3 dic (EFE).- Con una explosión controlada del techo del edificio, empezó hoy la demolición de la Deutschlandhalle de Berlín, el pabellón multiusos construido en tiempos de Adolf Hitler y donde en décadas pasadas actuaron Rolling Stones y Queen”.
El pasado 3 de diciembre 2011 leí esta noticia en la prensa. Me hizo pensar sobre la arquitectura, tantolo proyectado como lo edificado, en la Alemania nazi. En la primera mitad del siglo XX tanto los gobiernos fascistas como los comunistas, crearon una arquitectura monumental, en gran medida con el fin de intimidar a su gente y mostrar la fortaleza del régimen. En un sistema totalitario como el que existía en la Alemania nazi desde 1933 hasta 1945, el gobierno trató de controlar todos los aspectosde la vida cotidiana. Se utiliza la arquitectura para lograr este objetivo, para establecer firmemente su autoridad sin dejar duda de quién mandaba. Los objetivos principales de la arquitectura nazi fueron reflejar las creencias del nacional-socialismo, celebrar la identidad nacional alemana y glorificar la idea de la raza superior aria, según la percepción de Hitler y sus allegados. No hubooficialmente arquitectura nazi, la mayoría de las estructuras y monumentos imitaron a los de la Roma Imperial.
Entre todos los arquitectos de este periodo destaco uno; tanto por su obra como por su proximidad e influencia sobre Hitler. Este arquitecto era Albert Speer.
En el prologo del libro de sus memorias, principal fuente de documentación de este trabajo, se puede leer lo siguiente:“Seguramente ahora escribirá sus memorias”, me dijo uno de los primeros americanos a los que encontré en Flensburg en mayo de 1945. Después transcurrirían veinticuatro años, de los cuales he pasado veintiuno en la soledad de una prisión. Es mucho tiempo.
Ahora presento mis memorias. Me he esforzado por describir el pasado tal como lo viví. A muchos les parecerá desfigurado; otros considerarán quemi perspectiva no es la adecuada. Sin embargo, he descrito lo que viví y cómo lo veo hoy. Para conseguirlo, me he esforzado en no eludir el pasado. No he querido sustraerme a la fascinación ni al terror de aquellos años. Los que también los conocieron me criticarán, pero eso es inevitable. Quería ser sincero.
Estas memorias se proponen explicar algunas de las causas que condujeron casiforzosamente a la catástrofe en que terminó aquella época. Quería mostrar las consecuencias del hecho de que un solo hombre concentrara en sus manos un poder ilimitado, y también aclarar qué clase de hombre era. En el tribunal de Nuremberg dije que, si Hitler hubiese tenido amigos, yo habría sido uno de ellos. Le debo tanto los entusiasmos y la gloria de mi juventud como el horror y la culpa que vinierondespués.
Tal como se mostraba ante mí y ante otros, Hitler despertaba simpatías; así lo describo, y también doy una imagen de él como hombre entregado y capacitado en muchos aspectos. Sin embargo, a medida que iba escribiendo me daba cuenta de que esas eran unas cualidades muy superficiales.
Y es que frente a todas estas impresiones se alza una experiencia inolvidable: el proceso deNuremberg. Jamás se me borrará de la mente un documento que mostraba a una familia judía caminando hacia la muerte: un hombre estaba a punto de morir con su mujer y sus hijos. Aún hoy tengo esta imagen ante los ojos.
Fui condenado a veinte años de prisión por el Tribunal de Nuremberg. Aunque la sentencia del tribunal militar interpretó la Historia de modo muy limitado, intentó establecer unaculpabilidad. La condena, siempre poco adecuada para medir la responsabilidad histórica, terminó con mi existencia burguesa. Aquella fotografía, en cambio, despojó mi vida de toda sustancia. Sobrevivió a la sentencia.
11 de enero de 1969 Albert Speer
Como se puede interpretar admiro profundamente al dictador pero por encima de todo reconoce el terrible error que cometió y sobre todo el horror...
Regístrate para leer el documento completo.