Alberto Cobian Mena YO SI CREO EN LA HIPNOSIS

MIS ARGUMENTOS


Yo creo en la hipnosis, no porque quiera creer empecinadamente en ella, sino porque en esta ineludible toma de partido, comienzo de mis propias vivencias sostenidas en una práctica constante donde se verifican y sostengo también las de mis colaboradores y de otros colegas que convergen con las mías.
Desde que comencé a utilizarla intentando demostrar suspotencialidades a los alumnos de tercer año de Estomatología fui un convencido acérrimo de por qué en el siglo antepasado había tenido tanto éxito en el tratamiento de algunos desórdenes psíquicos de la personalidad y de las propias posibilidades dentro de la terapéutica actual, y en la misma medida en que iba desarrollando una práctica cada vez mayor, me preguntaba, por qué ni lospsicólogos ni los psiquiatras, ni otros especialistas médicos no aplican la hipnosis en nuestro país.
Por supuesto, la respuesta la sabía; pero me resistía a aceptar que la razón fundamental estribaba en la ausencia de tan ventajosa técnica en la temática oficial de los planes docentes de estas especialidades o en su inclusión con cierta indiferencia entre los diversos procederespsicoterapéuticos a estudiar.
Un tanto este mecanismo de negación se veía reforzado con una represión a ultranza, por cuanto fui de aquellos jóvenes estudiantes que en los años 70 se vio privado de recibir el módulo o la asignatura psicoterapia, porque había elegido Psicología Social como especialización, y esta sólo era exclusiva de clínicos y psicólogos educacionales, yexcluyentes para sociales y del trabajo, error por fortuna ya superado en la concepción pedagógica del psicólogo, pues hoy, éste se forma como psicólogo general, apto para enfrentar las exigencias de la vida y abordar con profesionalismo sus complejidades.
Tal vez mi personalidad controvertida y mi acostumbrada participación en debates de carácter ideológico y cultural, unidoa una cierta dosis de inconformidad y necesidad de no ser de los rezagados, me llevaron a rebasar los límites de una frustración típica y a romper el cerco de todo aquello que me ataba, que me hacía sentir “inferior”, con la conciencia de que la especialidad estudiada me ofrecía un extraordinario arsenal teórico-práctico para el trabajo exitoso con el hombre. Ya entonces sólo había quetomar una determinación; buscar, conocer e informarse en los voluminosos tratados de Psicología, Psiquiatría e Hipnosis.
Así, en la medida en que iba aprendiendo y a tenor de mi decisión personal, fui aplicándola a algunos casos de pacientes histéri­cos, neuróticos y con marcados trastornos de la conducta, atendi­dos en las consultas de Psicología que había comenzado a brindar en elPoliclínico de Especialidades del Hospital Provincial "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba, gracias a la invitación que me hiciera la Dra. Carmen Betancourt Muñoz, Psiquiatra y compañe­ra de la Cátedra de Psicología Médica y Psiquiatría de la facul­tad de Medicina, quien con toda honestidad me expuso que un profesor era incapaz de enseñar a resolver adecuadamente proble­mas de ordenclínico si no adquiría esta experiencia de modo cotidiano, que le permitiera elevar los conocimientos, por cuanto no bastaba sólo con leer, si no afrontaba y comprobaba en el laboratorio natural de la vida lo que ya estaba preestablecido dentro del marco teórico, lo cual garantizaría que pudiera imprimirle la fuerza necesaria con que los educandos debían aprender la materia.
Todo estosumado a mi empeño (compensatorio) de introducir la hipnosis "ilegalmente" en mis clases tan pronto como fuese oportuno o hacerla ocupar a veces el lugar de otros temas a mi juicio intrascendentes e innecesarios, fue conformando un mecanismo que dejaba atónitos, sorprendidos, confundidos y virtualmente convencidos a mis estudiantes y otros colegas, que de hecho...