Alborada

ALBORADA

<<Otro historia más, donde la realidad
solo se vivía en los sueños.>>

ALBORADA




DANIA JIMÉNEZ




















¡El sabor del triunfo,
es aun más exquisito
cuando nadie creía en Ti!


PRÓLOGO


Sentir la brisa rosar tu piel, cerrados los ojos y poder respirar la tranquilidad, cosas así no eranfáciles poder describir, solo se sentían. Mis pies percibían la arena suave, la luna grande y blanca en su punto más alto, la noche iluminada de estrellas, aquellos cerros a mis costados decorados de lucecitas amarillas que hacían el perfecto momento de inspiración con la noche, dirigí la mirada al mar, observándolo de lado a lado, tenía un azul oscuro, un color discreto, frio, temible entrar a él, peroaun así su viento era tranquilo.
Di más de un suspiro largo, no me había percatado de las manecillas del reloj, solo mi intensión era caminar por la orilla del mar para poder despejar mi mente de los conflictos que tenia, detestaba que tuvieran un efecto en mi; un nudo en la garganta como si fuese el compas de las lagrimas, atrayendo ira, rencor, dolor, pero aun así asta en mis únicas vacacionessiempre irían acompañadas de malos ratos.






CAPÍTULO I “Desearía enterrarme en la arena”

Estaba consciente que tenía que llegar pronto al hotel, ya no quería escuchar más gritos, solo me sobraban tres días más para regresar a la escuela.
— ¡ahg!... ¡Como me encanta la idea de pensar que estarán detrás de mí como su tuviese niñeras! —. resople.
Me gire a la derecha, a unoscuantos pasos, escuché en el vacio dos voces, una con el timbre poco grave, que hacía eco en mis oídos, percate que era de un joven, supuse que por el tono de su voz, era más o menos de mi edad, y al momento una risa traviesa interrumpió mis pensamientos, me llamo la curiosidad aquel tono, era inocente, alegre, jamás había escuchado una esencia parecida, trate de enfocar mi mirada para ver dequien pertenecía aquella risa angelical, pero era en vano todo era muy oscuro, pero sabía que era de una chica. Mis pasos eran un poco más lentos de lo que iba, mi intensión era pasar muy cerca de ellos para verles su rostro, solo sentía que caminaba en cámara lenta y eso hacia mas estresante mi afán de verlos.
— ¡Aline! —, escuche detrás de mi
— ¡Aline! ¡Aline! —. gritaba una y otra vez, seescuchaba como campanas tocando. No puede evitar voltear.
Al instante mi mirada fue recorriendo la zona hotelera, no se me hacía nada conocido.
— ¿Qué ya me perdí? —. pensé.
Cuando mi mirada llego a su fin, reconocí al instante aquella voz que gritaba ¡Aline!, era Stephan, mi primo. Deduje que me había pasado, me había perdido en mis propios pensamientos y en mis pasos. Hice una sonrisamirando la arena, moviendo mi cabeza de un lado a otro.
— Al parecer, te están llamando —. dijo aquel joven. Con demasiado silencio, su voz me había asustado, sentí que mis latidos tenían un sonido más fuerte que las olas del mar.
Volteé la vista, vi que traía unos bermudas color café claro con cuadros grises, una camisa durazno, un collar que sostenía una cruz de plata. Así mis ojos se toparoncon los suyos, eran cafés claros con un brillo especial, y su cabello rizado alborotado de color castaño, de uno setenta de estatura. Lucia todo un galán.
Me sonroje, no sabía qué hacer, pero tenía que decir cualquier cosa para no verme más tonta.
— Al parecer, me perdí — solté una risa discreta acompa- ñada de una sonrisa tímida.
Al instante note que detrás de él, estaba una joven más omenos de uno cincuenta y ocho o nueve de estatura, su piel era blanca como la nieve, vestía unos shorts de mezclilla con una ombliguera roza pastel, delgada, ojos verdes, cabello largo quebrado de color chocolate pero lo que me llamo más la atención de esa chica fue su sonrisa, trasmitía confianza, calidez, sus facciones del rostro concordaban per- fecto con la risa angelical que había...