Alejandro Dumas El Castillo De Eppstein

Páginas: 308 (76875 palabras) Publicado: 16 de junio de 2015
INDICE
PRIMERA PARTE
Introducción
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo

I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX

SEGUNDA PARTE
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo
Capítulo

I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII

PRIMERA PARTE

Introducción
Ocurrió durante una de esas prolongadas ymaravillosas veladas que pasamos, durante el
invierno de 1841, en la residencia florentina
de la princesa Galitzin. En aquella ocasión,
nos habíamos puesto de acuerdo para que
cada uno contase una historia, un relato que,
por fuerza, había de ser del género
fantástico. Todos habíamos narrado ya la
nuestra, todos menos el conde Élim.
Era un joven alto, rubio y bien parecido,
delgado
y
pálido
también.Mostraba,
normalmente, un aspecto melancólico, que
marcaba un fuerte contraste con accesos de
alocada alegría que en ocasiones sufría, como
si de una fiebre se tratase, y que se le
pasaban de forma súbita, como un ataque.
En su presencia, la conversación ya había
versado sobre cuestiones semejantes; pero
cada vez que le preguntábamos acerca de
apariciones, aunque no fuera más que la

opinión quetenía sobre el particular, siempre
nos había respondido, con una sinceri-dad de
las que no dejan lugar a dudas, que él creía
en ellas.
¿Por qué? ¿Cuál era la causa de aquella
seguridad? Nadie se lo había pre-guntado
nunca. Además, en lo tocante a estas cosas,
uno cree en ellas, o no, y no resulta fácil dar
con una razón que explique el motivo de tal
fe o de tal incredulidad. Por ejemplo,
Hoffmannpensaba que sus personajes eran
todos reales, y no le cabía ninguna duda de
que había visto a maese Floh o de que había
trabado conocimiento con Coppelius. Por eso,
cuando ya se habían contado las más
singulares historias de espectros, apariciones
y fantasmas, y el conde Élim nos había
comentado que creía en ellas, nadie dudó ni
por un instante de que así fuese.
De modo que cuando le llegó el turnoal
propio conde, todos nos volvimos con
curiosidad hacia él, decididos a insistirle en
caso de que pretendiese excusar su
contribución, convencidos como estábamos
de que su relato contendría todos los rasgos

de realismo que constituyen el atractivo
principal de este tipo de narraciones. Pero
nuestro cronista no se hizo de rogar y, en
cuanto la princesa le recordó su compromiso,
hizo unareverencia a modo de respuesta
afirmativa, al tiempo que nos pidió disculpas
por contarnos un sucedido que era personal.
Ya imaginarán que tal preámbulo sólo sirvió
para añadir más interés si cabe al relato que
todos
esperábamos.
Todos
guardamos
silencio, y el conde dijo así:
«Hará unos tres años, me encontraba de
viaje por Alemania, y era portador de unas
cartas de recomendación para un rico
comerciantede Francfort, que poseía una
estupenda finca de caza en los alrededores de
esa ciudad. Como sabía de mi gusto por este
ejercicio, me invitó, no a cazar en su
compañía (deporte que detestaba con todas
sus fuerzas), sino con su primogénito, cuyas
ideas sobre este particular diferían por
completo de las de su padre.
En la fecha que habíamos acordado, nos
encontramos en una de las puertas de laciudad, donde nos esperaban caballos y

carruajes. Cada uno de nosotros ocupó su
lugar en aquellos coches, o montó en la
cabalgadura que tenía asig-nada, y partimos
tan contentos.
Al cabo de hora y media de marcha, llegamos
a las posesiones de nuestro anfitrión, donde
nos aguardaba un espléndido almuerzo. Me
vi, pues, obligado a reconocer que, aunque
no fuera cazador, nuestro comerciante sabía
muybien cómo hacer los honores cinegéticos
a sus invitados.
Éramos ocho personas en total: el hijo de
nuestro anfitrión, su tutor, cinco amigos y yo.
En la mesa, me tocó al lado del preceptor. Y
hablamos de viajes: él había estado en
Egipto, y yo acababa de llegar de aquel país.
Este hecho creó entre nosotros una de esas
relaciones pasajeras que, aunque parecen
duraderas en el momento de su aparición,...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Alejandro Dumas
  • El Tulipan Negro De Alejandro Dumas
  • novelas de alejandro dumas
  • Los tres mosqueteros de alejandro dumas
  • Alejandro Dumas Exposicio N
  • Alejandro Dumas y los tres mosqueteros
  • Alejandro Magno Y Su Castillo
  • Alejandro dumas

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS