alejandro magno
El cine de Oliver Stone es, por lo general, grandilocuente, pretencioso y superficial. Casi siempre urde polémicas artificiosas de promoción fácil sirviéndose de famosospersonajes, hechos o conflictos, trasladados con fanfarria pueril para el gran público y persiguiendo una básica comercialidad y la astuta explotación de algún elemento de controversia, el cual es tratado demanera recargada y frívola.
A Stone no le interesan las historias sencillas, los conflictos íntimos surgidos entre personajes ordinarios, la intrahistoria, que también, si solamente se quiere buscarel impacto aparente, puede generar debate y discusión según los temas abordados.
A Stone solamente le interesa el aspecto más caricaturesco de personalidades interesantes y la fabulación sobrehistorias dadas, en un ejercicio ególatra, confuso y desenfocado.
Nada menos que Alejandro Magno, uno de los grandes genios militares y políticos de todos los tiempos, es el foco principal de esta nuevaentrega de Oliver Stone, quien contó con la ayuda de Robin Lane Fox para instruirse en la vida y obra del personaje retratado.
En el film, al margen de la épica lógica en la que se tiene que envolvertodo biopic sobre el conquistador macedonio, sin saber manejarla con grandeza al estilo de David Lean o Cecil B. DeMille, Stone ubica el epicentro de una trama inexistente en la recargada personalidadpsicológica del héroe, con un timorato enfoque freudiano, y especialmente en sus deleites bisexuales, concediendo importancia a una inclinación erótica muy normal en la antiguedad, especialmente en...
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