Alferez Real

A principios del mes de marzo de 1789 como al as 5:30 de la tarde tres jinetes bien montados salían de Cali por el lado del sur en dirección a Cañas gordas.
Un hermoso joven como de 20 años, deregular estatura, color blanco sonrosado, ojos negros y rasgados. Su vestido consistía en camisa blanco, chaqueta de color pardo ceniciento una manta de colores y sombrero blanco de grandes alas.
Lospantalones del mismo color de la chaqueta, por ultimo llevaba zamarros, pero no en la forma de calzones.
Montaba un potro rucio de gran talla y mucho brío, el jinete q le seguía era un sacerdote delconvento de San francisco frisaba en los cuarenta de mirada profunda y semblante grave llevaba una ruana de de lana, de anchas listas moradas y azules fabricada en pasto, y sombrero grande de paja.
Elultimo de los tres jinetes el un joven como de veinticuatro años de color mulato ojos pardos, rasgados, por todo vestido llevaba camisa de lienzote quito ruana de lana basta, cabalgaba un trotóncastaño, alto y doble.
Estos viajeros atravesaron en silencio el llano de Isabel Pérez. La tarde estaba magnifica: el sol se ocultaba detrás de los farallones, pero la luz del sol se veía brillara sobrelas cumbres délas montañas de chinche. Al llegar a la quebrada de Cañaveralejo se detuvieron los tres jinetes y aflojaron las riendas a sus caballos para q bebieran, al entrar al llano, el padre tomola delantera, ala luz de la luna que se alzaba en ese momento en el oriente, en plenilunio. Empezó a hablar con Daniel.
El padre, dirigiendo la palabra al joven blanco, que iba detrás de él, le dijo:Y bien Daniel sigues contento en la hacienda?
-Mucho señor, señor, contesto Daniel.
-Te tratan bien todos?
-Si, señor, hasta ahora no tengo queja de ninguno, pues todos me manifiestanconsideraciones que no merezco.
Nadie sabe nada del futuro continua manejándote bien, se dócil, humilde y laborioso.
Al abrir la puerta de la hacienda cañas gordas, el padre fue...