Alfierielmarino
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Publicado: 7 de julio de 2015
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ALFIERI
EL MARINO
OBRA EMANADA DE DOS ESPÍRITUS
∞
BARCELONA
1909
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ALFIERI EL MARINO
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PREFACIO
Todo es armónico y solidario en la creación, así en el
orden físico como en el moral; todo progresa y se
perfecciona; todo marcha, ya sea con inconcebible
rapidez, ya con oscilaciones más o menos lentas hacia el
objeto final aque los inescrutables juicios del Creador
destina su obra.
Del mismo modo que en la tierra se han ido
manifestando y adaptando los organismos a las diversas
condiciones vitales del planeta, en las distintas épocas
geológicas, y han ido constantemente perfeccionándose
hasta llegar al hombre, en virtud de leyes supremas, así
también se observa un mejoramiento permanente en las
condiciones moralesde la humanidad, considerada en
conjunto, desde las épocas históricas más remotas hasta la
actualidad.
Aunque nos sean desconocidas las sublimes leyes que
rigen
todas
estas
evoluciones
de
continuo
perfeccionamiento, que no por lo lentas dejan de ser
evidentes, vemos, sin embargo, todos los días que la
trasgresión de cualquiera de las reglas dictadas por el
Creador impone al trasgresor el castigocorrespondiente a
su falta. El Omnipotente tiene determinado que sus leyes
se cumplan, a pesar de la voluntad y del orgullo del
hombre, el cual tiene la absoluta necesidad de someterse a
ellas con amor y respeto para que se realicen las miras del
Creador, o sufrir, de lo contrario, el castigo que su culpa
merezca.
Nada más fácil que comprobar estas verdades en el
mundo físico, y otro tanto sucede enel orden moral si se
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examina detenidamente. El hombre que realiza el mal, por
más utilidad que de él pueda prometerse, comienza desde
aquel instante a sentir el castigo de su conciencia, cuyas
voces acaso se puedan ahogar en muchos momentos de la
vida; pero siempre clamará contra el mal realizado en
todos los instantes en que, recogiéndose elculpable sobre
sí mismo, dirija su vista a esferas algo más elevadas que
los goces e intereses materiales y que más satisfagan las
aspiraciones de su alma.
¿Qué castigo merece en justicia el espíritu que haya
realizado el mal?
No hablemos de la eternidad de las penas del alma
que han admitido las religiones positivas, porque tal
supuesto es completamente absurdo, injusto y cruel.
Absurdo es, sin dudaalguna, suponer que el alma
pueda subsistir en un estado permanente cualquiera por
una eternidad; pues si tal pudiera acontecer, concluiría por
perder con el sentimiento todas las demás cualidades
anímicas, o lo que es lo mismo, dejaría de ser espíritu. Ni
el placer ni el dolor eternos son posibles, y se oponen a la
esencia misma de la naturaleza espiritual, que
constantemente se modifica yperfecciona. Si el espíritu
realiza el mal, es porque no comprende de antemano toda
su transcendencia, y este mal realizado, que a primera
vista parece un retroceso, le sirve, sin embargo, para que
sepa apreciarle y sentir mejor sus fatales consecuencias.
Aun en este supuesto extremo, el espíritu conoce más, y en
último resultado adelanta, sin que nunca pueda
permanecer en una quietud imposible y de queno hay ni
un solo ejemplo en la creación.
La injusticia de las penas eternas es tan evidente, que
desde luego salta a la vista. ¿Debe haber relación entre la
falta cometida y el castigo impuesto? Admitiendo la
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justicia del creador, no es posible dudarlo ni por un solo
momento. ¿Es eterno el mal realizado por el hombre? No:
pues en este caso malpodrá serlo el castigo. El concepto
de las penas eternas deja como consecuencia ineludible a
la justicia divina muy por bajo de la humana, y hace del
Creador un ser más imperfecto aún que el hombre.
Tres son las condiciones esenciales que debe llenar
todo castigo humano si ha de responder al fin con que se
impone: 1ª Que sirva de ejemplo a los demás: 2ª Que
produzca la reforma moral del culpable y...
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