Alfred Nobel y la dinamita
La dinamita fue inventada por Alfred Nobel en 1866 y patentada en 1867, lo que unido
a la explotación de los campos petroleros de Bakú (Azerbaiyán) le hizo ganar su gran
fortuna, base del Premio Nobel.
Alfred Bernhard Nobel nació en la ciudad sueca de Estocolmo en 1833. Estudió
Química en Estocolmo y en San Petersburgo. También se formó en Rusia y en los
Estados Unidos; luego regresó junto a su padre para ayudar en el negocio familiar (la
fabricación de explosivos) y allí trabajó en el campo de los explosivos y también en el
de la explotación de yacimientos petrolíferos.
La nitroglicerina, descubierta en 1847 por el químico italiano Ascanio Sobrero, era un
explosivo muy potente, demasiado inestable y difícil de manipular y de transportar para
la guerra y muy peligroso para aplicaciones civiles.
En 1864 una explosión de nitroglicerina mató a cinco personas, entre ellas, su
hermano pequeño. A raíz de esta tragedia se concentró en la tarea de conseguir un
método para manipular con seguridad la nitroglicerina, que a mediados del siglo XIX
era el explosivo más utilizado; que es un líquido muy sensible a los golpes, que hace
muy difícil su manejo y además provocaba muy a menudo graves accidentes.
En 1867 Nobel consiguió fabricar la dinamita, mezclando la nitroglicerina con un
material absorbente (la tierra de diatomeas), y así obtuvo un polvo que se podía
percutir e, incluso, quemar al aire libre sin que explotara. Sólo explotaba cuando se
utilizaban detonadores eléctricos o químicos. Así nació la dinamita, un explosivo más estable y manejable que la nitroglicerina, líquida a la temperatura ambiente.
El invento de la dinamita hizo que tareas pertenecientes al mundo de la construcción y
la minería, progresaran a ...
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