Alfredo espino

Páginas: 47 (11747 palabras) Publicado: 27 de marzo de 2012
Alfredo Espino

Jícaras tristes

BIBLIOTECA BASICA DE LITERATURA SALVADOREÑA

NOTA EDITORIAL Sin duda Alfredo Espino es el poeta que más ha sabido cautivar el corazón del pueblo con perennidad, en íntima comunión con sus amarguras y alegrías. Todas las anteriores ediciones de Jícaras tristes — desde la primera, hecha por la Universidad de El Salvador en 1936— han sido agotadas en pocotiempo. Alfredo Espino nació en Ahuachapán el 8 de enero de 1900 y murió en San Salvador el 24 de mayo de 1928. Su sensibilidad capta el paisaje y el ambiente salvadoreño y lo devuelve con fuerza expresiva, sin olvidar la ternura que más bien está en el trasfondo de cada uno de sus poemas. La temática de Alfredo Espino está hecha de todas las cosas con que el hombre se encuentra en su trajín por lageografía salvadoreña: el pájaro, el volcán, el cañaveral, la tarde, el valle, el río, los bueyes o el rancho. El poeta es aquí un espectador atento a los detalles que le rodean. Es también un ojo que los captura y estampa, que los vuelca emocionado, con fescura y sencillez, con fidelidad fecunda. Íntegra en sus versos todo lo que es nuestro. Hace que el hombre de la ciudad recupere el verdorextraviado entre los horarios y el asfalto. Al hombre del agro logra devolverle poéticamente su ambiente cotidiano, duro las más de las veces. De este forma, la delectación del salvadoreño es la tierra, su tierra joven y antigua, tibia y alambrada; la tierra de donde todos procedemos. He aquí, pues, una nueva edición de Jícaras tristes, una obra juvenil escrita junto al latido del corazón del pueblo enpoemas que pertenecen a nuevas y viejas generaciones. Poesía que no conoce tiempo...

Casucas

CANTEMOS LO NUESTRO ¡Qué encanto el de la vida, silos natales vientos en sus ligeras alas traen ecos perdidos de músicas de arroyos y música de nidos, como mansos preludios de blandos instrumentos!

¡Qué encanto el de la vida, si al amor del bohío, y entre un intenso aroma de lirios y albahacas,miramos los corrales donde mugen las vacas y oímos las estrofas del murmurante río!..

El terruño es la fuente de las inspiraciones: ¡A qué buscar la dicha por suelos extranjeros, si tenemos diciembres cuajados de luceros, si tenemos octubres preñados de ilusiones!

No del Pagano Monte la musa inspiradora desciende a las estancias de pálidos poetas: en nuestra musa autóctona que habita en lasglorietas de púrpura y de nácar, donde muere la aurora.

Es nuestra indiana musa que, desde su cabaña, desciende coronada de plumas de quetzales a inspirarnos sencillos y tiernos madrigales, olorosos a selva y a flores de montaña.

Vamos, pues, a soñar bajo tibios aleros de naranjos en flor.., cabe los manantiales:

octubre nos regala sus rosas y vesperales; diciembre las miríadas de todossus luceros.

ASCENSION ¡Dos alas!... ¡Quién tuviera dos alas para el vuelo!... Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido. ¡Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido, que si no hiera un mar, bien sería otro cielo!...

Cumbres, divinas cumbres, excelsos miradores... ¡Qué pequeños los hombres! No llegan los rumores de allá abajo, del cieno; ni el grito horripilante con que aúlla el deseo,ni el clamor desbordante de las malas pasiones... Lo rastrero no sube: esta cumbre es el reino del pájaro y la nube...

Aquí he visto una cosa muy más dulce y extraña, como es la de haber visto llorando una montaña... el agua brota lenta, y en su remanso brilla la luz; un ternerito viene, y luego se arrodilla al borde del estanque, y al doblar la testuz, por beber agua limpia, bebe agua y bebeluz …

Y luego se oye un ruido por lomas y floresta, como si una tormenta rodara por la cuesta: animales que vienen con una fiebre extraña a beberse las lágrimas que llora la montaña.

Va llegando la noche. Ya no se mira el mar. Y qué asco y qué tristeza comenzar a bajar...

(¡Quién tuviera dos alas, dos alas para un vuelo! Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido, con el loco deseo de...
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