Alfredo Zitarrosa. La poesía o el canto
Mónica Salinas
Cantar con razón
Tanto se ha dicho acerca de la vida de Alfredo Zitarrosa, que reincidir en la relación de su historia personal podría denunciar una pasión “biografista” excesiva. No trataré aquí de los acontecimientos de su existencia tal como los vivió, sino como los tradujo en sus canciones, es decir, como quiso que supúblico los viviera.
Por voluntad de la canción –no por la suya propia- llegó a ser nuestro Zitarrosa. Así lo confiesa en “Diez décimas de autocrítica”, de 1972:
Vine a cantar, compañeros,
porque era mi obligación
no negarme a la canción;
Canción ajena para él puesto que es de la gente. El cantor no decide; como el bardo que canta las hazañas magníficas de los héroes, revela lo que unquerer más alto le trasmite. La canción obliga, impone una misión. Hay una afinidad honda, un trato secreto e íntimo entre canción y público. Son el uno para el otro. El cantor sólo es puente, instrumento, vaso donde la canción vierte sus saberes y la gente, sus ayes y sus esperanzas obstinadas:
Hoy siento que soy muy poco
como cantor y poeta…
Si nunca apliqué recetas
a mis canciones,tampoco
ni más cuerdo ni más loco
que cualquier hombre prudente,
más de una vez fui inconsciente,
al ver que se me aplaudía,
de que en cada aplauso ardían
las manos de mucha gente (Dd).
He aquí la diferencia con el artista, en el sentido que Alfredo daba a la palabra. Éste se exhibe, mentido dios soberbio que ignora su destino de intérprete:
Es riesgo del que realiza
su vidaen un escenario,
sentir que es extraordinario
el horizonte que divisa (Dd).
¿Cómo habrá de cumplir acabadamente su misión el cantor? ¿Bastará la belleza? ¿Serán suficientes las metáforas exquisitas, los prodigios verbales? La obra de Zitarrosa no demuestra desdén por la poesía en el sentido original de creación y producción de “artefactos” bellos, pero es indudable que no alcanza parasatisfacerlo. Se empecina en razonar; son las razones del canto lo que le preocupa, no sus finuras:
Pero más que nada, aclaro
que mi canción más madura
será la que cante “puras
razones” –que ya son muchas-
del compañero que lucha
sin pistola en la cintura (Dd).
Es que el poeta tiene familiaridad con lo bello. No necesita grandes esfuerzos para descubrirlo y desvelarlo. Claro que aveces las palabras tardan en responder al llamado, como una mujer coqueta que busca agravar el deseo del amante. Pero, ya sea temprano o tarde, acuden y se entregan a él. No es difícil encontrar pruebas de cómo se abandonaron en los brazos de Alfredo:
Cuando venga la mañana,
vuelto color de trigo, el sol,
incendiando tu pollera,
violándola toda entera,
vendrá a meterse en tu cama
ydormir contigo…
(“Pollera azul de lino”)
Toca mi amor
tu suave flor
crecida en la quinta cuerda,
milonga en do,
ronco silencio
en el bordón que no llora;
¿quién de nosotros
no sabe del otro?
(“Milonga en do, canto menor”)
Sin embargo, aunque tan bien dotado para la expresión lírica, Zitarrosa persevera en indagar sobre las “razones”, término que en sus textos tiene acepcionesvarias: motivaciones, argumentos, fundamentos, verdades. En “Milonga de contrapunto”, pide a la canción que exponga sus “prolijas razones” y deje al olvido las palabras de artista que él mismo prodigó en el pasado; explicita su postura de cantor: “El que me juzgue imprudente/ por hablar de estas cuestiones,/ que analice las razones/ que le va a dar el que canta: / si vivo de mi garganta,/ tambiénvivo en mis canciones”; señala la maleabilidad del discurso argumentativo: “Hay razones, como dijo,/ para cualquier acomodo”; somete a juicio de otros lo que él entiende por verdad: “Si yo no tengo razón,/ que me lo diga la gente”.
Escuchar: éste es el primer requisito. El cantor popular debe tener oído atento a los reclamos de la canción y de sus destinatarios. Lo que una y otros pidan no...
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