Alimentacion de los 5 mil
Esta porción, referente al milagro que Cristo llevó a cabo al alimentar con cinco panes y dos peces a cinco mil hombres, es narrada por los cuatro Evangelios.
La gran afluencia de las multitudes a Cristo, cuando Él se retiró a un lugar desierto, a solas (v. 13). Se retiró al tener noticia, más que de la muerte de Juan, de lo que Herodes pensaba sobre Él mismo:Éste es Juan el Bautista, resucitado de entre los muertos. En horas de peligro, si ser que Dios abre una puerta de escape, es licito huir para salvar la vida, a no ser que Dios nos llame de una manera particular a exponerla. Se retiró en una barca; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. Parecía que, después del martirio de Juan, a Cristo le seguía más gente que antes. Aveces, los sufrimientos de los santos tienen por objeto la extensión del Evangelio (Fil. 1:12). En este sentido, decía Tertuliano: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”. Cuando se nos impide el acceso a Cristo y a su Palabra, es mejor ir en su seguimiento a toda costa, aunque la carne y la sangre nos susurren lo contrario. La sola presencia de Cristo y de su Evangelio hacen que eldesierto mismo resulte, no sólo tolerable, sino deseable, pues convierten el desierto en un Edén.
La tierna compasión de nuestro Señor Jesucristo hacia quienes de tal modo le seguían (v. 14). Se fue hacia ellos y se presento públicamente entre ellos. Salió de su retiró tan pronto como vio gente deseosa de oírle, como quien está presto no sólo a perder el descanso de la soledad, sino a exponer suvida, por el bien de las almas. Vio una gran multitud, y se compadeció (lit. se le enternecieron las entrañas) de ellos. La vista de una gran multitud necesitada mueve justamente a compasión, y nadie aventaja a Cristo en esta compasión por los hombres. Y no sólo tuvo compasión de ellos, sino que vino en su ayuda: muchos de ellos estaban enfermos, y los sano; poco después, los vio hambrientos, y losalimentó.
La sugerencia de los discípulos de que despidiera a la multitud, y la negativa de Cristo a hacerlo así. Pensaban ellos que ya era bastante el trabajo que se había tomado aquel día, y que ya era hora de que cada uno se marchase a su casa. Los discípulos de Cristo se muestran con frecuencia más cautelosos de mostrar su discreción que de mostrar su celo. Cristo no se avino a despedirlos,hambrientos como estaban, sino que ordenó a sus discípulos que les proporcionasen alimento. Cristo siempre mostro hacia las multitudes mayor ternura que sus discípulos. Veamos, sino cuan tardo se mostro a dejarlos partir: no tienen necesidad de irse. Cristo no es como los reyes y magnate de la tierra, que tienen contados los minutos para sus audiencias sino que, a todo el que se allega a Él, deningún modo lo echa fuera (Jn. 6:37).
Y como la necesidad no reconoce ley, si están hambrientos no se les debe despedir, sino darles de comer (v. 16). El Señor es para el cuerpo (1. Co. 6:13), porque es la obra de sus manos y parte de su redención obtenida; Él mismo estuvo revestido de un cuerpo semejante al nuestro, para animarnos a depender de Él en cuanto a la provisión de lo necesariopara nuestras necesidades corporales. Si buscamos primero el reino de Dios (6:33), y hacemos de ello nuestra preocupación primordial, bien podemos depender de Él en cuanto a las demás cosas, en la medida que Él cree conveniente para nuestro mayor bien.
La menguada provisión que había allí para una multitud tan grande; no hay más que comparar el número de los invitados con la lista de platos.
Elnúmero de los invitados era de unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños (v. 21). Vasto auditorio para la predicación de Cristo, y hay que pensar que habrían estado atentos a su mensaje; con todo, parece ser que, en su mayor parte, aquello quedó en nada; se marcharon, y no volvieron a seguirle. Ver multitudes que escuchan la Palabra de Dios es un buen panorama y puede ser una buena señal,...
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