Alimentacion y Estatura una experiencia Menonita
Me disponía a buscar una mezcladora de alimentos líquidos, la cual, me habían dicho sería más
económica y durable si la podía adquirir en algún campo menonita.
Así que me dirigí al norte del país, donde están los campos menonitas de Durango y Chihuahua. Son
un poco renuentes con los fuereños pero finalmente me dieron razón de un menonita,constructor
de maquinaria alimentaria.
Jacob Simons me dijeron, campo número 6, sobre la carretera. Finalmente di con él. Me acerque a la
puerta y pronto salió un joven menon de unos 16 años, pálido, de 1.85mts aproximadamente,
delgado, con manos grandes y fuertes, vistiendo el clásico overol azul y una cachucha John Deer,
que no me invito a pasar hasta no saber mis intenciones.
“Que quiereamigo?” le explique mi intención de adquirir la mezcladora de alimentos, le comente
que su tecnología era reconocida y que me interesaba hacer negocio con él.
Me miro con sus ojos profundamente azules y me dijo, espere en su camioneta, mi padre vendrá
pronto. Mi hermano fue avisarle. Se metió a su casa, que parecía más bien una bodega que una casa,
con una hortaliza al frente y a los lados, queflanqueaban aquel inmenso hogar. Olía a cilantro y
hierbas de olor.
A los veinte minutos de esperar, se acercó una Ford de reciente modelo, la cual estaciono dentro de
la propiedad que visitaba. Se bajó un tipo menos pálido y más rojo, de 1.90mts, delgado, de manos
grandes y fuertes, vestido con overol, botas de trabajo y un sombrero tipo texano.
Se limpió las manos con un pañuelo rojo y meextendió su mano para saludar, “como le va?”, dijo,
con su acento alemán, “soy Jacob Simons, andas buscando una mezcladora de alimentos?” Si, asenté,
“eso me dijeron” dijo Jacob.
“Pásale para que las veas”, me asentó el Sr Simons. Tenía una gran variedad de maquinaria, rustica
que a simple vista no sabías para que era. Era un taller grande, a espaldas de su casa. Tenía
soldadoras,cortadoras y varias dobladoras de metal.
Quise entablar más plática, pero los menonitas no nos ven como para socializar. “para que es esa
maquinaria?” pregunte inocente. “Es una trilladora de grano” contesto seco.
Finalmente me mostro la mezcladora de alimentos líquidos, hecha de aluminio, con un motor de 2
caballos de potencia, de tres velocidades. Las aspas se veían rusticas pero eran desmontables.“Doce mil pesos”, dijo tajante. Se me hizo buen precio, ya que en otro lugar serian un poco más de
treinta mil pesos. “te doy garantía de un año”. “Si te llevas dos, te las dejo a veinte mil”.
Le compre las dos que tenía, las desmonte yo mismo ya que el precio no incluí el desmonte, las subí
en partes en mi camioneta. Me dio una factura con su nombre y ubicación de su casa, con la leyenda
dela garantía del motor. “Tienes mi palabra” asentó Jacob.
Después del buen negocio, me quedo dinero para darme un gusto, así que pregunte por el mejor
restaurante cerca. Me dijeron “en el entronque, por donde entraste, ahí hay buena comida”.
Me metí a una especie de cabaña de unos 80 metros cuadrados, con cabezas de Búfalos en las
paredes. Un restaurante con sillas y mesas de madera, estilorustico y practico. No había mucho
lugar disponible, estaba lleno. Decidí hacerle compañía a un menonita de edad, un poco pasado de
peso, pero de gran estatura, tal vez cerca de los dos metros.
Para hacer platica, dije en voz alta, “que estaría bueno para comer?” Pronto voltio su mirada hacia
mi este hombre, calvo, enorme, con overol azul, camisa vaquera blanca y sombrero, que pronto se
quitó ehizo a un lado. De ojos azules, manos que podrían romper mi cráneo fácilmente y con un
acento alemán pero un poco más amable de lo que había escuchado, dijo “primera vez por acá?, te
recomiendo que pidas una arrachera bien cocida, con verduras y papa asada”, puntualizo.
Seguí el concejo de aquel inmenso menonita. La carne además de exquisita, era casi un kilo, una
papa muy grande tal vez de...
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