ALIMENTANDO TUS DEMONIOS 2011
Curso
Especial
de
Meditación
ALIMENTANDO
TUS
DEMONIOS
Los
demonios
no
son
monstruos
sedientos
que
nos
acechan
en
lugares
oscuros.
Más
bien
se
encuentran
en
nosotros.
Son
fuerzas
que
encontramos
dentro
de
nosotros,
cuyo
núcleo
es
el
apego
a
una
idea
de
yo.
Los
demonios
son
nuestras
obsesiones,
miedos,
sentimientos
de
inseguridad,
enfermedades
crónicas,
o
problemas
comunes
como
depresión,
irritabilidad,
ansiedad
y
adicción.
Alimentar
nuestros
demonios
en
vez
de
luchar
contra
ellos
contradice
el
enfoque
tradicional
que
consiste
en
atacarlos y
tratar
de
eliminarlos.
Pero
en
realidad
es
una
alternativa
maravillosa
y
un
camino
efectivo
para
liberar
su
energía
y
disolver
las
tendencias
conflictivas
y
limitantes.
Los
demonios,
llamados
Maras
en
el
budismo
antiguo,
no
son
seres
exóticos
como
los
que
se presentan
en
las
pinturas
asiáticas.
Son
nuestros
miedos
y
obsesiones
actuales.
Las
cuestiones
y
asuntos
y
la
reactividad
emocional
de
nuestras
vidas.
(En
este
retiro
son
los
ciclos
que
están
andando
en
automático,
habiendo
perdido
el
sentido
de
para
qué
servían).
Nuestros
demonios
se
derivan
del
demonio
raíz
que
es
el
apego
a
una
idea
de
ser
(el
ego),
pero
se
manifiestan
de
una
infinidad
de
maneras.
Los
experimentamos
como
patrones
repetitivos
que
ocurren
en
ciertas
situaciones
y
que
crean
un
conflicto
interno
doloroso.
Los
demonios
en
última
instancia
son
patrones
energético-‐emocionales
generados
por
la
mente,
por
cual
no
tienen
una
existencia
independiente.
No
obstante,
sin
darnos
cuenta
les
damos
vida
y
nos
involucramos
con
ellos
como
si
fueran
reales.
Les
entregamos
nuestra
energía
y nuestras
acciones
sin
poder
evitarlo.
Los
demonios
se
muestran
en
nuestras
vidas
ya
sea
que
los
provoquemos
o
no,
ya
sea
que
los
queramos
o
no.
Aún
en
el
habla
popular
nos
referimos
a
los
demonios:
ya
me
salieron
los
chamucos.
1
Desafortunadamente, el
hábito
de
luchar
contra
nuestros
demonios
sólo
les
da
más
fuerza.
Esto
se
debe
a
que
al
tratar
de
deshacernos
de
ellos
los
tendemos
a
definir
con
más
intensidad,
lo
cual
les
da
más
fuerza
repetitiva
y
más
poder
de
fijación
en
la
mente.
Al
luchar contra
ellos
como
enemigos
les
damos
el
poder
de
dominarnos,
al
resistirlos
persisten.
La
práctica
de
Alimentar
Los
Demonios
parte
de
un
principio
más
orgánico
y
armonioso
con
nuestra
energía
psicofísica:
en
vez
de
luchar
contra
ellos
liberamos
la
energía
que
está invertida
en
su
dinámica
y
cohesión.
Esto
resulta
en
un
proceso
de
integración
de
la
energía
emocional
y
la
disolución
de
la
fijeza
de
los
demonios
o
patrones
conflictivos.
Esta
práctica
está
basada
en
la
milenaria
meditación
Chöd
desarrollada
en
el
Tibet
en
el...
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