Allie
Margaretestaba muy preocupada ya que Karl era principiante en el tema. Había egresado recién de la escuela de medicina, y estaba trabajando esporádicamente junto a la empresa de detectives, por lo tanto ella se cuestionaba la utilidad que él podría ofrecerle en este caso. Pero para su sorpresa, Karl fue el que encontró la primera pista. En el suelo, había mucha sangre y junto a ella tres narices de payaso,rojas y de plástico. Margaret no lo podía creer, justo en el momento en que ella estaba distraída observando unas tumbas que le parecían sospechosas, Karl encuentra una pista. Se sintió torpe al no ser ella quien se percatara de la pista primero. Quien hallara en primer lugar una pista no era un tema fútil para Margaret, sin embargo, se sentía feliz de poder progresar con el caso.
Seguíancaminando por el cementerio, intranquilos. Karl sentía miedo. Prefería estar en un lugar seguro y continuar con el caso otro día, pero Margaret se lo impidió. Le explicó con elocuencia que ellos debían quedarse en el cementerio unos minutos más, para ver si conseguían otra pista. Karl, le encontró razón a Margaret, finalmente decidieron quedarse, alerta a todo lo que podía ocurrir.
Discutían,mientras caminaban, sobre quien podía ser el supuesto asesino de la pequeña. Les parecían extrañas las narices de los payasos. Iban a descartar la posibilidad de que fuesen payasos reales, hasta que divisan a tres payasos a lo lejos, corriendo por el cementerio. Parecía como si estuviesen buscando sus narices de plástico, pensaba Margaret. Es decir, ¿por qué habrían de volver estos payasos alcementerio? Era lógico, debían encontrar sus narices de plástico, para que posteriormente no encontraran ningún tipo de evidencia y así no poder culparlos, dedujo Margaret.
Margaret y Karl corrieron tras ellos, sin que los payasos se dieran cuenta, pero un tropiezo de Karl con una roca llamó la atención de estos payasos, quienes corrieron con más fuerzas y desaparecieron antes de que la detective y elmédico pudieran alcanzarlos. Margaret estaba furiosa. Ya no podían atraparlos y todo era por la culpa de Karl. Lo insultó varias veces mientras Karl seguía en el suelo, sin poder moverse. Ahora era tiempo de actuar más rápido. Margaret se devolvió y recogió la evidencia. Para asegurarse, también tomó fotografías del lugar del asesinato. Luego de unos minutos, arrepentida, volvió a ver a Karlpidiéndole disculpas. Pensó que no debía insultarle de esa manera, antes bien, debería haberlo ayudado inmediatamente. Karl se puso de pie, y junto a Margaret salieron del cementerio. Ninguno de los dos tenía el ánimo de seguir con el caso en ese momento, pues bien, se dirigieron cada uno a sus hogares.
Al día siguiente, Margaret se encontraba sola dentro de su habitación. Comía de manera frugal,mientras intentaba descansar un poco, pero el caso de la pequeña Allie no la dejaba tranquila. Ya no podía pensar en nada más que eso. Le parecía tan extraña la presencia de los payasos en el delito, pero por otro lado, sabía que podía ser posible. No podía estar tan segura de culparlos, hasta tener más evidencias. Estaba terminando de arreglarse el cabello, cuando decidió regresar al cementerio....
Regístrate para leer el documento completo.