Almas

 Almas
Mariana caminaba entre los pastos, la llanura reflejaba a lo lejos el sol a punto de morir, el día llegaba a su fin, estiraba sus manos y la yema de los dedos tocaba suavemente las espigas haciendo vibrar sus nervios, la textura de la hierba acariciaba sus piernas erizando sus vellos, todo esto sin dejar de ver el horizonte los últimos destellos del sol entraban por sus pupilas haciendorecordar esos momentos en los que la pasión entro a su cuerpo y su mente la hacía recordar, vibrar, sonreír.
Todo comenzó el día en que decidió partir, su pueblo era pequeño había pocas cosas que hacer, el desarrollo era lento, su porvenir vislumbraba poca luz, era fines del siglo y eso esperanzaba un mejor futuro, su juventud y belleza le auguraban un futuro promisorio
Salió sin decir nada solotomo un poco de ropa y pan, abrió la ventana de su cuarto las hojas moribundas del otoño brillaban tenues bajo la luz de la luna, las miro como un augurio del que todo saldría bien, algo la llamaba no sabía que era pero aun así decidió partir, sigilosamente salto de la ventana su gato max la miraba sin entender que pasaba, solo paso su mano por la cabeza y llevo su dedo a la boca en señal desilencio, el gato como si entendiera se froto entre sus piernas tratando de impregnar su olor para que siempre lo recordara, dio la vuelta y ambos tomaron dirección opuesta, no volteo quería tener el recuerdo de los momentos alegres que vivió en ese hogar momentos que la acompañarían el resto de su vida, su madre le había enseñado como sobrevivir en un mundo hostil, un mundo en el que había queconstruir todo, desde las herramientas para fabricar sus alimentos hasta sembrar la tierra, sin pasar por alto las labores propias de la mujer.
El alba la sorprendió al llegar a los límites de la comarca, estaba a punto de entrar a tierras desconocidas a donde nunca había pisado, solo su padre le contaba al llegar con el venado al hombro diciendo “ hija nunca vayas sola a esas tierras “ tal vez erasolo por espantarla, pero eso no la detendría caminó sin parar solo el cansancio y el hambre la hicieron mitigar el paso tomo un poco de pan sin dejar de caminar quería encontrar un refugio para pasar la noche, había dormido poco y no quería dejarse sorprender por lo desconocido tenía que estar fuerte para cualquier contingencia, vio a lo lejos una luz, el sol anuncia que el día terminaba habíanpocas casas y las oportunidades de encontrar refugio eran pocas, se acercó con el miedo de recibir una bala la gente era desconfiada por esos rumbos, en el pórtico descansaba un viejo fumaba una pipa y a su lado descansaba una fusil de chispa esperando la orden de su amo para disparar, la miraba con recelo pero los años le decían que no había de que preocuparse era solo una joven que reflejabacansancio, hambre y sed, el anciano aun así le grito “ quien vive!!” asustada contesto de inmediato “ me llamo Mariana solo voy de paso” el hombre hizo una seña de aprobación y mariana se acercó, le estiro la mano y el viejo solo la miro desconfiado gruño ¿tienes hambre?” Asentó con la cabeza, Sara! grito, una mujer robusta fuerte pero dulce la tomo de la mano y la invito a pasar la cabaña, era humildepero bien ordenada había de todo para pasar el invierno sin problemas, eran unos viejos fuertes que la experiencia le había enseñado que la vida era dura y si no se preparan la pasarían mal, Mariana se sentó en la silla al lado de la mesa y la señora le sirvió un plato de estofado humeante que olía como el mejor manjar, sirvió tres platos e invito al viejo a sentarse casi como si le ordenara perocon respeto, Mariana comió con ansia el hambre y el suculento platillo la hacían comer casi sin respirar la señora detuvo su mano con dulzura y le dijo “disfruta la comida así como la vida” no entendió a qué se refería pero le hizo caso y comenzó a saborear la comida, sería la primera lección que aprendería en su largo viaje.
Casi sin pronunciar palabra le ofrecieron dormir en la sala al lado de...