Alonso en la Guerra de Arauco

MAGDALENA IBÁÑEZ VIAL MARÍA JOSÉ
ZEGERS RUIZ-TAGLE

ALONSO EN LA GUERRA DE ARAUCO

ILUSTRACIONES DE CARLOS ROJAS
MAFFIOLETTI

EDITORIAL ANDRÉS BELLO

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Primera edición, 2004 Segunda edición, 2007 Tercera
edición, 2010

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Capítulo I
¡PELAYO HA SIDO RAPTADO!
Hace algunos años, mi padre me hizo Á
un regalo muy especial. Eran unos
cuadernos escritos por mi abuelo, en los
que narraba su viaje desde el pequeño
pueblo español donde había nacido hasta éstas, mis
tierras chilenas.
Cuando leí su historia, me sentí muyorgulloso de llevar
su nombre: Alonso. Me asombré al saber que a los doce
años, a la misma edad que tengo ahora, había dejado a su
madre en la ciudad virreinal de Lima para acompañar al
conquistador Pedro de Valdivia a estas lejanas tierras del
Reino de Chile.
Cuando terminé de leer los fascinantes relatos de mi
abuelo, me senté con mi padre en el patio de nuestra casa,
aprovechando latibia y asoleada tarde, poco común en
estas lluviosas tierras del sur.
—Padre, ¿qué sucedió con el tesoro que encontró mi
abuelo Alonso? —le pregunté.
—Estaba seguro de que me harías esa pregunta apenas
leyeras sus escritos —manifestó él, sonriente—.
Como sabes, SU anhelo fue siempre tener tierras y vivir
de ellas. Todo lo utilizó en su encomienda en el valle
central, y en estas tierras delsur en las que nosotros

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vivimos.
—Y ese Pelayo, su compañero de aventuras, ¿tiene algo
que ver con Pelayo Ruiz, mi amigo?
—Claro que sí. Es su bisabuelo. De hecho, es sorprendente lo parecido que es a él, pelirrojo y pecoso.
Esto me recuerda que tú también eres como tu abuelo. Él
tenía cabello negro y los ojos como carbón.
Sin darle mucha importancia al asunto de los parecidos,
lepregunté:
—¿Cómo su bisabuelo, si era amigo de mi abuelo?
—Lo que ocurre es que sus vidas fueron diferentes.
Pelayo se casó muy joven con una española, en cambio tu
abuelo lo hizo primero con Amuillán, de raza india, con
quien tuvo cinco hijas. Al morir ella, se casó con mi
madre y yo nací cuando él tenía ya muchos años.
—¿Cinco hijas? Siempre he sabido sólo de cuatro.
¿Dónde está la otra?¿Murió?
—No. Ésta es una historia algo compleja y creo que ya
tienes edad para conocerla. —Tras una pausa,
continuó—: Mi hermanastra Elvira se enamoró de
Llancañir, uno de los indios que trabajaban en la
encomienda. Mi padre se opuso a esa boda porque
Llancañir tenía un carácter muy difícil. Era terriblemente
soberbio, lo que hacía imposible tratar con él. Así, a pesar
de que Elvira eramitad india, mi padre no dio su
autorización. Entonces ellos se fugaron, y por lo que
sabemos, viven más allá de la frontera del Biobío.
—¿Cómo puede vivir ahí? ¿No dicen que es tan
peligroso?
En ese preciso momento, casi como en un eco de aquellas
palabras, apareció ante nosotros un agitado y sudoroso

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jinete:
—Han asaltado la casa de don Bartolomé Ruiz
—anunció.
—¿Cómo? ¿Qué hapasado? —preguntó mi padre
poniéndose de pie inmediatamente.
—A don Bartolomé no le ha ocurrido nada, ya que se
encontraba fuera de su casa cuando ocurrió el ataque.
Pero se han llevado a su hijo, a Pelayo. En este minuto se
está organizando una cuadrilla para salir en su rescate.
—Voy enseguida —dijo mi padre.
—Yo también voy —grité resuelto.
—Tú te quedarás aquí con tu madre y tus hermanos.—Pero, padre, Pelayo es mi amigo.
—Sí, eres su amigo, pero debes quedarte y ayudar a
defender la casa. Entra de inmediato. Reúne a todos los
criados y asegúrate de que cierren bien los postigos y las
puertas. Deben permanecer alertas y con los arcabuces
preparados. Nunca se sabe si esto fue sólo un asalto o si
se va a iniciar una rebelión. Apenas pueda enviaré
soldados para protegerlos....