Alonso Lujambio

ALONSO LUJAMBIO
La imagen consumida de Alonso Lujambio logró la unidad auténtica y solidaria de todos en torno suyo, siendo ovacionado, reconocido en su valor y vergüenza, sin necesidad de pactospartidistas ni amenazas ni convencimientos forzados ni conveniencias.
Lujambio, postrado en una silla de ruedas, con dificultades para coordinar pensamientos y la expresión hablada, fue el centro deatención; removió las fibras sensibles, esas fibras que en la lid política parecen no existir. Increíblemente hubo debilidad que sólo pertenecía en esos momentos al esforzado Alonso, al personaje queestaba a punto de perder la batalla contra el terrible cáncer. El inicio del período legislativo en la Cámara Alta, quedará registrado por la impresión de que fue concedida la última voluntad a unhombre que se resistió a ser doblegado por la muerte, cuando meses antes, era considerado uno de los aspirantes serios a la Presidencia de la República.
Llamándole un Hombre de Estado; esa es quizá lamejor manera para caracterizar a un funcionario público preocupado por el estudio, desarrollo y fortalecimiento de las instituciones de la República, ese hombre de Estado aplicó imaginación,creatividad, visión de futuro y una gran sensibilidad política.
Su desempeño en el IFE, cuando en la aplicación estricta del Reglamento de Fiscalización y en la aplicación de las sanciones a todos los partidospolíticos, su preocupación la centraba en no hacer del Instituto una autoridad odiosa, como él decía.
Por eso, asumía profundamente la responsabilidad de ser creativo para proponer nuevas normas queresolvieran los problemas, no solamente que estuvieran orientadas a aplicar mejor alguna sanción. Por eso, ser un hombre de Estado, implicaba para Alonso Lujambio, también, ser consistente conprincipios y creencias, bien arraigadas en él.
Pareciera que Alonso tenía claro que el Estado Mexicano de hoy, sólo se podría fortalecer en la medida en la que existieran pesos y contrapesos entre los...