Alonso
Lo que Ortegallamaba el “imperio de los jóvenes” no era más que la emergencia de una nueva forma de participación política, en la que el factor generacional (léase estudiantil) capitalizaba los deseos de cambiodemocrático, como se había visto una década antes en Argentina, en el movimiento de la reforma universitaria
Significativamente, el volumen se centra en un ámbito temá- tico (las prácticas políticas de losjóvenes) que ha sido el eje central sobre el que nacieron, crecieron y maduraron los estudios a la juventud latinoamericana. En cierta medida, el volumen plantea un cambio de paradigma, que puederesumirse en la siguiente secuencia: de las “culturas políticas (de la juventud)” a las “políticas de la cultura (juvenil)”
La primera perspectiva es “adultocéntrica” (son las instituciones adultas lasque definen las reglas del juego y construyen culturalmente la juventud) y “político-céntrica” (las políticas culturales están mediatizadas por las relaciones de poder). La segunda perspectiva es“intergeneracional” (las reglas del juego no se presuponen sino que se practican en el ámbito de la interacción entre las generaciones) y “culturocéntrica” (la cultura es un terreno fundamental en laredefinición de la esfera pública y por tanto en la praxis de nuevas identidades políticas).
La decisión de iniciar nuestro análisis con el Cordobazo se fundamenta en que éste fue un momento que sintetizólas transformaciones que venían produciéndose a lo largo de la década del sesenta en relación con el papel protagónico que adquirió la juventud en el plano político, social y cultural. Nos referimos...
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