ALTURAS DE MACHU PICHU 3 4 5
MACHU-PICCHU
Estrofas: 3-4-5
Profesor:
Patricio
Medina.
Asignatur
a
Literatura e
Identidad.
C u r s o : III º
A
Integrantes:
Carlos Báez
Felipe Barrios
Daniela Henríquez
Pía Maldonado
Índice
1. Introduccion
2. Estrofa III
3.Estrofa IV
4. Estrofa V (Parte I)
5.Estrofa V (Parte II)
6. Desarrollo del cuestionario: hablante lirico.
7. Objeto y motivo lirico.
8. Presencia dedistintas actitudes Liricas.
9. Temple de animo del hablante.
10. Reconocimiento de figuras literarias.
11. Interpretación de las estrofas.
12. Rasgos de identidad del Pueblo incásico.
12. Choque culturas entre América precolombina vs el conquistador de
Europa.
13.Mural latinoamericano.
14. Conclusión.
Introducción
En este trabajo analizaremos muy a fondo los versos
3-4-5 con lasherramientas enseñadas en el colegio,
también buscando e instruyéndonos con la historia de
Machu-Picchu en esos entonces, y también ampliando
nuestra visión como humanistas leyendo este poema
de nuestro gran Pablo Neruda, escritor tan famoso en
Chile y en el mundo entero, siendo importante esta
obra porque después de la muerte de Pablo Neruda, y
también convirtiéndose en un álbum del grupo
chileno ‘’LosJaivas’’ ese álbum de ellos fue el
segundo mejor álbum de Chile según la revista
‘Rolling Stone’’ espero que disfruten nuestro trabajo.
Estrofa III:
El ser como el maíz se desgranaba en el incansable
granero de los hechos perdidos, de los
acontecimientos
miserables, del uno al siete, al ocho,
y no una muerte, sino muchas muertes llegaba a cada
uno:
cada día una muerte pequeña, polvo,gusano, lámpara
que se apaga en el lodo del suburbio, una pequeña
muerte de alas gruesas
entraba en cada hombre como una corta lanza
y era el hombre asediado del pan o del cuchillo,
el ganadero: el hijo de los puertos, o el capitán oscuro
del arado,
o el roedor de las calles espesas:
todos desfallecieron esperando su muerte, su corta
muerte diaria:
y su quebranto aciago de cada día era Estrofa IV (parte 1):
La poderosa muerte me invitó muchas veces:
era como la sal invisible en las olas,
y lo que su invisible sabor diseminaba
era como mitades de hundimientos y altura
o vastas construcciones de viento y ventisquero.
Yo al férreo vine, a la angostura
del aire, a la mortaja de agricultura y piedra,
al estelar vacío de los pasos finales
y a la vertiginosa carretera espiral: pero, ancho mar, oh muerte!, de ola en ola no vienes,
sino como un galope de claridad nocturna
o como los totales números de la noche.
Nunca llegaste a hurgar en el bolsillo, no era
posible tu visita sin vestimenta roja:
sin auroral alfombra de cercado silencio:
sin altos enterrados patrimonios de lágrimas.
Estrofa IV (parte 2):
No pude amar en cada ser un árbol
con su pequeño otoño acuestas (la muerte de mil hojas)
todas las falsas muertes y las resurrecciones
sin tierra, sin abismo:
quise nadar en las más anchas vidas,
en las más sueltas desembocaduras,
y cuando poco a poco el hombre fue negándome
y fue cerrando paso y puerta para que no tocaran
mis manos manantiales su inexistencia herida,
entonces fui por calle y calle y río y río,
y ciudad y ciudad y cama ycama,
y atravesó el desierto mi máscara salobre,
y en las últimas casas humilladas, sin lámpara, sin fuego,
sin pan, sin piedra, sin silencio, solo,
rodé muriendo de mi propia muerte.
Estrofa V:
No eras tú, muerte grave, ave de plumas férreas,
la que el pobre heredero de las habitaciones
llevaba entre alimentos apresurados, bajo la piel vacía:
era algo, un pobre pétalo de cuerdaexterminada:
un átomo del pecho que no vio al combate
o el áspero rocío que no cayó en la frente.
Era lo que no pudo renacer, un pedazo
de la pequeña muerte sin paz ni territorio:
un hueso, una campana que morían en él.
Yo levanté las vendas del yodo, hundí las manos
en los pobres dolores que mataban la muerte,
y no encontré en la herida sino una racha fría
que entraba por los vagos intersticios...
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