Amalgama Hispano-Guaraní
LA POLÍTICA DE LA CORONA ANTE LOS INDÍGENAS.
Cuando comenzó la Conquista del Paraguay, se hallaba en su apogeo una controversia sobre los procedimientos que España debía seguir para la cristianización de la América a que la Corona se había obligado por las bulas papales de Alejandro VI y Julio II.
La opinión se dividió acerca de la naturaleza de losindios, especialmente su capacidad para vivir como los españoles y recibir la fe cristiana. De un lado, el padre Bartolomé de las Casas consideraba a los indios sin maldades ni dobleces, sumisos, pacientes, pacíficos y virtuosos. Solamente necesitaban conocer al verdadero Dios para convertirse en los hombres más felices del mundo. No por las armas, ni por tipo alguno de coerción, sino por la palabra yel ejemplo, los indios debían ser atraídos a la religión y a la civilización.
La opinión contraria, representada en primer lugar por el historiador Gonzalo Fernández de Oviedo; juzgaba a los indios, vagos y viciosos, embusteros y holgazanes, idólatras y sensuales. Se preguntaba: «¿Qué puede esperarse de una gente cuyos cráneos son tan grosos y duros que los españoles tienen que tener cuidado enla lucha de golpearlos en la cabeza para que sus espadas no se emboten?» Si no bestias carentes de alma y sin posibilidades de redención, eran pueblos inferiores naturalmente destinados por Dios a ser esclavos de los pueblos superiores, según la doctrina de Aristóteles.
Como una transacción entre ambas tendencias extremas, surgió la institución de las encomiendas que regularizó la relaciónentre conquistadores e indios y al mismo tiempo reflejó el deseo de cumplir la obligación de la Corona de convertir a éstas últimos. Se «encomendaba» indios a los españoles con el derecho de exigir tributo o trabajo personal. En compensación, los encomenderos estaban obligados a proporcionar instrucción religiosa a los indios que estaban a su servicio.
Cuando Colón dio las primeras encomiendas en1499, la Reina Isabel hizo su famosa pregunta: «¿Con qué autoridad dispone el almirante de mis vasallos?» Pero al dictarse en 1512 las Leyes de Burgos, el primer código de legislación indiana, quedó consagrada la institución de la encomienda en la forma estatuida por los conquistadores, aunque con estrictas obligaciones para los encomenderos, no sólo sobre la instrucción religiosa, sino tambiénpara la elevación del nivel de vida de los indios, y su amparo contra cualquier clase de explotación.
Las Leyes de Burgos no acallaron la polémica, pues continuaron los abusos de los encomenderos. El dominico Matías de Paz, catedrático de Salamanca, a pedido de la Corona escribió un tratado impugnando el modo despótico con que eran tratados los indios y probando que debían ser gobernados «comopersonas y gentes libres». Llegó a discutirse el derecho que España tenía para la conquista de América y a afirmarse que sólo era justo ese título si los indios se negaban a abrazar la fe católica. Surgió entonces el extraordinario documento conocido con el nombre de «Requerimiento», que debía ser leído ante los indios antes de emprender cualquier empresa de sojuzgamiento. Si los indios no aceptabanla invitación para someterse pacíficamente a la religión debían ser atacados a sangre y fuego, y esclavizados los sobrevivientes.
Fray Bartolomé de las Casas se convirtió en el apóstol de los indios. Clamó contra la institución de las encomiendas, que, a su juicio, invalidaba el justo título del rey de España a las Indias, y lo estigmatizaba como tirano en vez de convertirlo en un verdaderoseñor, pues el señorío verdadero requiere que los indios se sometan espontáneamente al dominio de España, y que el rey emplee la jurisdicción que sobre ellos le confirió el Papa, con el exclusivo objeto de beneficiarlos.
Carlos V escuchó la opinión de las Casas y en 1542 promulgó las Leyes Nuevas que revocaron o limitaron los derechos de los españoles a obtener servicio y tributo de los indios,...
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