Amanecer en "el pampa"
Apéndice Literario de EL ARGENDÓLAR (Proyecto Merli)
(Crisis Argentina 2.001/2)
(LA LECCIÓN DE ECONOMÍA (l951)
No se describe aquí un amanecer campero, cuando el sol despunta al alba y la pampa inmensa va tomando color con sus primeros rayos.
Se trata del amanecer trasnochado de aquellos que concurrían al boliche que evocaba al señor de la pampa: elindio que la pobló y de la cual tomó su nombre.
“El Pampa” fue, entonces, el tradicional bar rosarino situado en Córdoba y Paraguay donde nos citábamos los amanecidos bohemios que soñábamos un futuro glorioso para nuestra patria.
Nos reuníamos allí anarquistas, socialistas, demócratas y republicanos, sin importar demasiado el signo político, pero sí el estar inmersos en la aventura delpensamiento. Era común encontrarnos cuando los otros bares estaban cerrados, puesto que en aquel local se adoraba ver rayar el alba.
Así como el indio desafiaba las leyes establecidas por otros, los parroquianos éramos todos contestatarios del orden social establecido, aunque respetuosos –por ser lógicos-- de las decisiones de la mayoría.
En aquel templo de la sabiduría popular los jóvenes estudiantes nosencontrábamos con pintores vanguardistas admiradores de Kandinsky -- verdaderos genios que jamás pisaron Bellas Artes --; poetas como Felipe Aldana quien no cursó la universidad, debido a sus trastornos visuales; con filósofos del pentagrama, sociólogos de la calle, economistas del bolsillo universal y hasta con un arquetipo del genio sin academias: el historiador José Luis Romero, que concurrióun viernes junto con un grupo de amigos después de pronunciar una conferencia en nuestra ciudad.
JOSÉ LUIS ROMERO
EL CUCCIOLO
Dado que siempre fue imposible amanecer todos los días sin dormir, los amigos elegíamos días fijos en la semana para reunirnos. El más utilizado era, como lo sería hoy, el viernes, ya que muchos no trabajábamos los sábados. Todos teníamos un verdadero problema con eltransporte que -- en aquellos tiempos, cuando se viajaba tan despacio y se llegaba tan lejos en la vida -- se efectuaba en tranvías, los cuales después de medianoche desaparecían. En mi caso, una bicicleta con un motor italiano de marca Cucciolo resolvía el problema nocturno. Era tan poderoso ese pequeño de 48 cc. de cilindrada que hasta me permitía llevar algún amigo de acompañante, como ocurrió enaquella oportunidad.
Después de la conferencia de Romero, nos dirigimos a El Pampa. La mesa sería una ronda de unas quince personas en la que nos encontraríamos junto al conferenciante: Aldana, (el gran poeta), Paoletti, Lovagnini, y otros contertulios de los viernes, además de Arocena (el pasajero del Cucciolo).
Llegamos caminando porque al “motorino” se le había perdido una tuerca de lavarilla del levanta-válvula, que se encontraba descubierta. Al igual que el indio cuidadoso de su caballo -- porque de él dependía su libertad --; así llevamos el vehículo hasta El Pampa, empujándolo, en un esfuerzo por no perdernos la reunión. Lo estacioné en la vereda al lado de la puerta de la calle Córdoba, con la esperanza de encontrar una tuerca de paso milimétrico en un negocio donde sólo seexpendía vermut, cerveza, café o vino; pero como San Agustín nos aseguró que la paciencia es el arma más poderosa en la vida del hombre, esto debía ser la demostración de su tesis.
Apenas nos sumamos a la reunión, comencé a observar todas las cosas que se hallaban en el bar, en el afán de encontrar una tuerca; pero las sillas y las mesas eran de maderas encoladas, la caja registradora y lamáquina de café exprés, inaccesibles. Nada construido con tornillos hallé en el lugar.
Mientras tanto, escuchaba. Los temas abordados por los concurrentes eran muy variados y todos hablaban de lo suyo sin referencia alguna hacia lo dicho por los que los precedieron. Mantenían entre ellos los conocidos monólogos paralelos.
En medio de estos soliloquios observé, a mis espaldas, una puerta anulada,...
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