Amanecer
~Capitulo 1~
Sus cuerpos congeniaban como uno solo, él sin vergüenza recorría todo su cuerpo con las manos, le encantaba, la deseaba como nunca antes había deseado a una mujer en su vida y por eso quería hacerla suya. Sin haberlo previsto le quito su pequeña playera que llevaba dejándole descubiertos sus enormes senos, lostomo con ambas manos y se preparó para llevárselos a la baca. Ella lo disfrutaba tonto que dejaba caer su cabeza por efecto de placer.
-¡Buu! -WTF. E pelirrojo cerró la laptop rápidamente a la vez que sacaba la mano de su pantalón. -¿Otra vez viendoesas páginas? -Rio el rubio. –Me asustaste –se llevó la mano al corazón- Pensé que eras mi mamá. -Si tu mamá te ve créeme que le da algo o se muere. –No quiero ni imaginarme que puede pasar y me atrapa- Se abrocho elcierre del pantalón. –Te mete a una escuela de monjas- Se burló de su mejor amigo -Tan solo estando aquí me siento en una- Se paró de la cama y miro a su amigo-si- bajo la vista a sus pantalones-. –Ve conconfianza Abraham yo aquí te espero.
Abraham hizo caso al chico de cabello alborotado y entró al baño, tenía un problema que tenía que solucionar y de seguro le llevaría unos considerables minutos, así que tomo la opción más sencilla… darse una ducha muy, pero muy fría.
Por otro lado la situación no varía demasiado con ella, con los ojos cerrados y una mano dando movimientos rítmicos dentro desu ropa interior se daba el placer que era capaz de recibir. Gozaba de su soledad placiente hasta que… un vibrar en la mesa la interrumpió. *Rayos* -Hola-¿Te interrumpí algo? –sonó la voz de tras del teléfono. -Emm… No Liz ¿Por qué preguntas?- Mintió.
-Tu voz ronca te delata amiga. Estás más caliente que perra en celo.
-Bueno, yo, es que- Balbuceó sin sentido.
-Te llamaba para invitarte acenar- Dio una leve carcajada.
-¿A dónde?- Se sentó cómodamente en su cama.
-A mi casa- Un tono pícaro se adueñó de su voz- Estaremos todos- Recalcó la palabra “todos”- Y si quieres puedes quedarte a dormir.
-No lo sé- Bromeó.
-Vamos Mariana, sé que quieres- Hizo una pausa- ¿O es que acaso él está contigo?- La curiosidad se apodero de Liz.
-No.
-¿Entonces te veo a las ocho?
-Claro.
-Adióslinda, cuídate- Colgó el teléfono.
Liz sonrió con el teléfono en mano, está noche su plan se haría realidad, plan que llevaba planeando hace ya más de un mes. Con una sonrisa en su rostro fue a asegurarse de que su hermano estuviese en su cuarto.
*La venganza es dulce como la miel, e incluso más sabrosa*
-Abraham- Tocó la puerta de su habitación.
-Hola- Sonrió él.
-¿Qué haces tú aquí Francisco?-¿Qué? ¿Acaso no puedo estar con mi amigo?
-Tu presencia me desagrada- Lo empujó para entrar a cuarto. -Hola- Saludó el pelirrojo con su peculiar sonrisa.
-Vístete- Mencionó al verlo solo con bóxer y con el cabello mojado.
-Lo haré- Corrió a su armario- ¿Paso algo?
-No ¿Por?
-Debe haber alguna razón por la que estés...
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