Amar sin condiciones Raquel Campos
Amarsin condiciones
Raquel Campos
Título original: © Amar sin
condiciones
© Raquel Campos
© Primera edición: Julio 2015
Diseño de cubierta: © Raquel Campos.
Imagen: Fotolia
Contenido
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
EpílogoCapítulo 1
La vida de Aurora no era fácil. Tras un par de malas experiencias,
había acabado por pensar que los hombres solo querían una cosa de las
mujeres: sexo. Y ella había dejado atrás el sueño de ser amiga de su
pareja, pues no lo había conseguido en sus anteriores relaciones. Además,
la situación en su casa era un poco caótica, ya que sus padres habían
decididoque se iban a divorciar después de veinte años de casados. A eso,
tenía que sumarle que su hermana era la reina de las relaciones y que
cambiaba de novio como lo hacía de ropa. No le habría importado, si no
fuera porque ella no dejaba nunca de recordarle el poco éxito que tenía
con el sexo opuesto. Así que todo empezaba a pasarle factura.
Su mejor amiga, Nieves, casadadesde hacía dos años, le decía que
no se preocupara, que en algún sitio estaría su hombre. Ella había unido su
vida con el mejor amigo de ambas, y se conocían desde siempre. Aurora
la quería mucho y se alegraba por los dos, pues eran tal para cual.
Esa tarde, quería contarle la importante decisión que había tomado
para ese verano. Estaba decidida a hacerlo. Se reunieron en una heladería
del centrode la ciudad. Las dos se alegraron de verse. Los exámenes
habían absorbido parte del tiempo de Aurora y no se habían visto mucho
en las últimas semanas. Como siempre, Nieves la alentaba y le animaba a
seguir buscando a su media naranja.
—¿Dónde, amiga? Me parece que voy a dejar de buscarlo.
—No desesperes. No tienes paciencia y…
—Me parece que tú no has estado con un tío que, en vez demirarte
a los ojos, te estaba mirando las tetas.
—Mira que eres bruta.
—¿Bruta? Sabes que digo la verdad, Juanjo solo quería una cosa
conmigo, y, como no se la di… pues me dejó. Y mejor, porque yo no
quiero acostarme con alguien tan superfluo como ese tío.
—Me parece que necesitas un cambio de aires. ¿Has pensado en
algo?
Aurora miró a su amiga de soslayo,era el momento ideal para
contarle su plan.
—Creo que sí, me han comentado que están ofreciendo puestos de
au-pair para trabajar en el extranjero y…
—Eh, para. No tienes por qué irte tan lejos, solo tienes que
marcharte unos días y descansar.
—Sí, y cuando vuelva, le digo a Juanjo que por favor no me deje
y… no. He decidido apuntarme. Tengo un buen nivel de inglés y sé que meservirá.
—Pero esas empresas normalmente escogen países europeos.
—Mejor que mejor. Cuando vuelva, nadie se acordará de Aurora,
la frígida.
Nieves se acercó a ella para abrazarla.
—Debes olvidar eso que te dijo.
—No puedo… no sé si es culpa mía… pero no siento deseos de
practicar sexo con nadie.
—¿Y por eso tienes que marcharte tan lejos? —dijo Nieves
apenada.
Aurora miró a suamiga.
—Sabes que es lo mejor. Mi familia no está pasando por muy
buenos momentos y… siento que me asfixio, necesito cambiar de aires.
—Está bien, eres muy cabezota. No intentaré convencerte de que no
lo hagas.
—Gracias, amiga, yo también te quiero.
La búsqueda comenzó a la mañana siguiente. Se iba a apuntar para
hacer de canguro de niños, era lo que mejor se le daba y leayudaría a
coger experiencia una vez que se hubiera sacado el título de magisterio.
Ese verano iba a ser diferente a todos los que, hasta ahora, había vivido.
Se iba a enfrentar a un país extranjero y a un idioma que controlaba un
poco, el inglés.
Había visto, por internet, una empresa que se dedicaba a ello, así
que ese era su objetivo. Al entrar dijo...
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