Amar
La realización de la mujer –realización suprema– no es, por tanto, la maternidad sinola frustración y la soledad. Por extraño que parezca, la autora se rebela contra la Naturaleza. La maternidad no debe existir, aunque la Especie, tan maltratada en esta obra,desaparezca de la faz de la tierra.
Si la mujer es «la presa de la Especie», ¿no lo es también el hombre? ¿Y los animales y la plantas, no son también «presas» de la naturaleza? ¿Y losastros y la galaxias?
La maternidad no es una servidumbre sino para quienes han caído en el seno de una sociedad deshumanizada, a fuerza de intelectualismo, decadencia y frivolidad.Para muchas mujeres, que no hembras, es una gracia.
Para quienes ven en un hijo una versión nueva y fresca de sí mismas, es un don que se expresa en el amor compartido.
«Ya desdesu nacimiento –dice la autora– la especie se ha apoderado de ella. En el momento de la pubertad la especie reafirma sus derechos».
Hombres y mujeres o, si se quiere, mujeres yhombres, somos hechuras de la Especie y, por ello, de la Naturaleza. A cada uno de nosotros se nos ha asignado un papel y debemos cumplirlo sin protestas ni quejas.
Como hombres omujeres podemos disfrutar de esta maravillosa riqueza que se nos ofrece a manos llenas en una planta, en una hoja, en un grano de arena, en un poema, en una sonata, en un cuadro, en unaestatua, en un diálogo. La vida es un milagro. ¿Acaso hemos perdido la capacidad de asombrarnos, de admirar, de permanecer absortos ante un prodigio de la Naturaleza o del genio humano?
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