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Amaro Gómez-Pablos: “En la guerra ves lo peor del ser humano”
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En el set, leyendo noticias, lo hace impecable. Pero es en terreno donde verdaderamente se luce. En cada gran tragedia, ya es un clásico verlo relatando los hechos con un estilo inconfundible. Ha cubierto varias guerras y ahora viene llegando del Medio Oriente. “Miras a los niños de Siria y ves losojos de los propios”, dice.


 A pesar de ser uno de los rostros televisivos más seguidos por los chilenos y de haber sido varias veces premiado incluso internacionalmente, el periodista Amaro Gómez-Pablos siempre mantiene un bajo perfil. Muy amablemente, como todo un caballero, dice que no le gusta dar entrevistas porque lo suyo es hacerlas. Criado en Venezuela y en España (de donde aúnconserva el acento), conductor del noticiero central de TVN, ex corresponsal de CNN, rostro constante en campañas de solidaridad, viudo y vuelto a casar con la actriz y cantante Amaya Forch con quien tiene dos hijos, se reconoce de la vieja escuela, pero se convenció de que tras su reciente paso por Siria, llegó el momento de hablar. Sabe que los hechos trascienden a su persona, a su nombre y también asu profesión.
“El nivel de ensañamiento sobre la población siria es brutal”, así parte su relato de una guerra civil que conoció de cerca y que lo ha marcado de sobre manera. “El país está terremoteado por un conflicto que se arrastra por más de dos años y donde las potencias han pecado por omisión, dejando que mueran más de cien mil personas en tiempo récord. Las imágenes de niños y padresmuriendo por ahogo, tras el uso de armas químicas, son algo ilustrativo y un crimen de guerra. ¿Pero qué hay de las decenas de miles de víctimas fatales? ¿Son más aceptables porque no fueron con gas sarín?”, cuestiona Gómez-Pablos.

Hace pocos meses, el famoso periodista de 45 años, quien en la década de los 80 fuera elegido Míster Chile, se convirtió nuevamente en padre. Esta vez de un niño al quellamaron Alonso, en honor al Quijote, quizás esperando a que también sea capaz de batallar contra molinos de viento. 
Probablemente esta experiencia de paternidad vivida hace un par de meses lo hizo llegar a Siria con una sensibilidad especial. Lo cierto es que lo que vio ahí realmente lo afectó y no trata de disimularlo durante esta entrevista. “Vi pueblos irreconocibles”, dice, “hospitalesbombardeados por el régimen, sin la menor discriminación. Es cosa de leer el informe de derechos humanos de la ONU. El salvajismo corre por ambos lados, es cierto, pero Bashar Al Assad es más culpable. De nueve masacres consignadas, ocho le corresponden a él”, afirma.
–Estabas en Siria cuando ocurrió el ataque químico que cobró la vida de más de mil personas. ¿Cómo lo viviste?
–El ataque químico esla expresión del desparpajo, el desdén, la indiferencia en torno al costo humano en una guerra sin contemplaciones. Triste. Desgarrador. Niños temblando como epilépticos, ahogándose. Y es lo mismo que vivimos en un campamento de desplazados al ver cómo un avión bombardeaba a menos de tres kilómetros de distancia. La gente empezó a correr sin destino, en pánico, y yo miraba el cielo, elcazabombardero y me preguntaba ¿por qué?, ¿para qué?, ¿qué objetivo militar hay aquí? Hospitales destruidos por artillería. A falta de palabras, les pedí a los niños que me dibujaran lo que quisieran. Todos trazaron sus traumas en colores. Ahí te das cuenta de que la violencia no es sólo en tiempo presente, también es futuro.

 –¿Temiste por tu vida?, ¿pensaste que quizás nunca volverías a ver a tus hijos?–No. No temí por mi vida. Nuestro temor era un largo secuestro. Dos o tres años fuera. Y antes de marchar, a todos nos pasa que nos ponemos más melancólicos. Sabemos que estas coberturas son un viaje lineal: sabes que partes, pero no sabes si vuelves.


–¿Cómo se prepararon entonces para enfrentar cualquier peligro que pudieran correr?
–Nos preparamos durante más de un año. Repasamos la...