Amelia

 
* Amelia *
Anochecía, como siempre, ella salía al patio de su casa: miraba al cielo… observaba las estrellas, la bella luna, con ellas una luz iluminaba su rostro. Inhalaba profundo ycuando exhalaba una brisa suave y cálida jugaba con sus rosadas mejillas.

Después de meditar por un rato, se metía a su casa, se encerraba en su dormitorio y se ponía a llorar; su madre se acercabapara consolarla, pero era inútil ya que sabía que la condición de Amelia no era nada normal. Poco después de llorar, Amelia se quedaba dormida. Ahora era la madre quién lloraba, le dolía ver a su hijaasí -ella no tiene la culpa- pensaba mientras besaba tiernamente la frente de su querida hija, e igual que Amelia, se quedaba dormida.Amelia era un hada de la luna, un ser inmortal, hija del sol, capaz de controlarlos elementos, para bien o para mal.
Iba bien en la escuela, sus conocimientos sobre la tierra eran infinitos, pero se sentía sola, no tenía ningún amigo con quien compartir sus pesares y triunfos.Cierto día, un joven se acercó a ella, Amelia lo observó y le pareció muy guapo: piel de nieve, alto, cabello de oro, con dos zafiros en su mirar, pero lo que más le impactó fue su carismáticasonrisa.
-Hola- dijo aquel joven.
-Hola- contestó Amelia, quién por primera vez se sentía feliz.
-Mi nombre es Ángel, ¿Te puedo acompañar?-
-¡Claro!, mucho gusto, soy Amelia.-
Desde esa ocasión,día con día, entre Amelia y Ángel fue creciendo una gran amistad, ella le ayudaba con los trabajos de la escuela, y él a cambio, le presentaba a más personas.
Un lunes por la mañana, sucedió algo...