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EDUCAR PARA LA INCERTIDUMBRE:
Un ejercicio hermenéutico sobre la propuesta de Edgar Morin
En Los siete saberes de la educación del futuro, (UNESCO, 1999)



“Es necesario aprender a navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certeza (…)
El futuro se llama incertidumbre”. (Morin, 1999);



Preludio

Para iniciar con nuestra encomienda, debemos aclarar quehemos decido cernir la pregunta inicial de ¿cómo educar para la incertidumbre? en el diálogo con otras cuestiones como ¿por qué y para qué?, y en primera instancia: ¿Qué es incertidumbre?; puesto que la respuesta a la primera pregunta podría ceñirnos a una “receta”, ahora pretendemos discurrir en esta complejidad mayor para cimentar nuestras próximas reflexiones. De modo que, si el lector deseaabortar la lectura, está en ejercicio cabal de su libertad tomar tal decisión.
Desde este primer marco trazado, incertidumbre y complejidad serán consideradas como conceptos indisolubles, aclaro: no sinónimos, sino complementarios. Es así que, fundamentalmente, el siguiente apartado denominado Interludio será producto de una lectura reflexiva sobre la propuesta del Pensamiento Complejo de EdgarMorin, expresados en su libro “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” y, donde, más allá de re-escribir algunas de sus propuestas, pretendemos ejecutar -desde sus argumentos textuales, debido a que nos ha sido imposible expresarlos de mejor manera- una extrapolación para encontrar algunas de sus implicaciones en la concepción antropológica de la educación que pretendemos paranuestro tiempo.
Mañana, quizá, será otro nuestro campo profesional y tendremos que reflexionar y crear otras perspectivas sobre dicho campo, sea cual sea.
Naveguemos.



Interludio

“El planeta no es un sistema global sino un torbellino en movimiento, desprovisto de centro organizador”. Así pues, la globalización a la que nos urge llegar no ha de ser la gestada en una lucha de poder paraimponer ciertas “verdades” o “modelos” desde un punto particular que pretenda actuar como árbitro o dictador de lo válido. Sí reconocemos que la verdad no es absoluta, que no se posee y no se controla, que nadie la irradia, sino que todo gira en torno a ella como meras aproximaciones, hemos de luchar de raíz, tanto y en contra de los sociocentrismos, etnocentrismos o egocentrismos que presumen poseeruna única verdad y valor en diversas dimensiones:
En el ámbito socioeconómico es cuestionable el uso de una o algunas monedas como referentes indispensables de la economía mundial, así como son los jeans y las formas de vestir tan homologadas ya en todo el mundo, las marcas de los productos, las formas de entretenimiento y hasta los modelos pedagógicos en boga. Pues, ¿Quién valida que uno ounos cuantos país(es) influyan, intervengan y controlen en la implantación de un régimen educativo, político, cultural y sobre todo, ético, para todo el mundo? Hemos intentado ceñir al mundo hasta con la paradójica tiranía de los valores universales. Los individuos nos hemos ajustado a las modas –incluso a estas de orden ético- y no son las modas las que se han ido ajustando para nosotros. Educarpara la incertidumbre significa tentar la posibilidad de romper con estos y otros tantos paradigmas que iremos desenmarañando.
En lo que se refiere al punto preciso de los modelos y los contenidos educativos, ya no podemos concebirlos como en otros tiempos: verdades inmutables, mucho menos ahora que se asumen tales como productos que se compran y venden, puesto que se establecen hegemoníaslacerantes desde las tendencias educativas que tergiversan el objetivo ulterior de la educación en atención a los intereses ya mencionados. Necesitamos reconcebir el saber como una sistematización racional –archipiélagos de certeza- que debe ser interpretada en función de la construcción de la realidad que deseamos, rodeados a su vez de un sinfín de elementos –naturales y sociales- que les afectan y a...