america
(Cuento oriental)
A Emelina
I
¿Cuentos quieres, niña bella?
Tengo muchos que contar:
de una sirena de mar,
de un ruiseñor y una estrella,
de una cándida doncella
querobó un encantador,
de un gallardo trovador
y de una odalisca mora,
con sus perlas de Basora
y sus chales de Lahor.
II
Cuentos dulces, cuentos bravos,
de damas y caballeros,
de cantores yguerreros,
de señores y de esclavos;
de bosques escandinavos
y alcázares de cristal;
cuentos de dicha inmortal,
divinos cuentos de amores
que reviste de colores
la fantasía oriental.
IIIDime tú: ¿de cuáles quieres?
Dicen gentes muy formales
que los cuentos orientales
les gustan a las mujeres;
así, pues, si eso prefieres
verás colmado tu afán,
pues sé un cuento musulmán
quesobre un amante versa,
y me lo ha contado un persa
que ha venido de Ispahán.
IV
Enfermo del corazón
un gran monarca de Oriente,
congregó inmediatamente
los sabios de su nación;
cada cual diosu opinión,
y sin hallar la verdad
en medio de su ansiedad,
acordaron en consejo
llamar con presura a un viejo
astrólogo de Bagdad.
V
Emprendió viaje el anciano;
llegó, miró lasestrellas;
supo conocer en ellas
las cuitas del soberano;
y adivinando el arcano
como viejo sabedor,
entre el inmenso estupor
de la cortesana grey,
le dijo al monarca: «¡Oh Rey!
Te estás muriendo deamor».
VI
Luego, el altivo monarca,
con órdenes imperiosas
llama a todas las hermosas
mujeres de la comarca
que su poderío abarca;
y ante el viejo de Bagdad,
escoge su voluntad
de tantahermosura en medio,
la que deba ser remedio
que cure su enfermedad.
VII
Allí ojos negros y vivos;
bocas de morir al verlas,
con unos hilos de perlas
en rojo coral cautivos;
allí rostrosexpresivos;
allí como una áurea lluvia,
una cabellera rubia;
allí el ardor y la gracia,
y las siervas de Circasia
con las esclavas de Nubia.
VIII
Unas bellas, adornadas
con diademas en las...
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