AMISTAD A LA PERUANA (Recuerdos de viaje)
José Peterson
Alameda Bolognesi, Tacna
Hace casi dos meses y medio que estoy de viaje. Después de dos meses en un asunto legal en la ciudad de La Paz; el frío y las lluvias de estos días en la urbe paceña me determinaron al regreso, pero una llamada vino a cambiar mis propósitos. Me invitaban a Tacna y en esta idea emprendí viaje al Perú porel Desaguadero. Llegué a Tacna en la madrugada del día siguiente. Mientras tomaba un café esperando el amanecer, me halló don Antonio; doña Pilar, su esposa y Leonor, a quien no conocía.
Después de las efusiones del reencuentro, me instalaron en una antigua casona colonial de dos plantas, construida a mediados de 1800, de buen frente y medio manzano de fondo. En los cuadros, el cortinaje y el mobiliario colonial del salón principal y los amplios ambientes interiores de esta casa, se revela el buen gusto de sus moradores y los delicados toques de una mano femenina, pues en las mesillas, vitrinas y estantes hay blancos tapetes de crochet y primorosos búcaros cargados de flores.
Catedral de Tacna
Los esposos y Leonor están instalados en la planta baja. En laplanta alta hay varias estancias y las habitaciones destinadas a los huéspedes, separados por dos largos corredores que convergen a una amplia galería con arcos y pilastras con vista al patio y los jardines; y hay allí varios canapés de mimbre.
Una gradería con balaustradas, desde el centro de la galería, desciende al primer patio cubierto de baldosas y engalanado con flores, plantas yvarias banquetas de piedra. La fachada y las paredes laterales están cubiertas por un frondoso tapiz de hiedra y plantas trepadoras en flor, donde se juntan los tonos fucsias de las buganvillas, los celestes de las glicinas y los violetas de las pasionarias, en una explosión de aromas y colores
Al centro, hay una antigua fuente de piedra y una pérgola redonda, de donde cuelgan macetonesfloridos y cubre su bóveda una techumbre de buganvillas que caen en racimos. Allí he tenido largas horas de tertulias con don Antonio y doña Pilar, y en las noches estrelladas de Tacna, bajo los efluvios de aromas primaverales, este recinto ha sido refugio de mis pláticas nocturnas con Leonor
Más allá, bajo la sombra de dos añosos eucaliptos y árboles de pino, hay una pequeña capilla, y luce ensu altar, una efigie en plata de la Virgen de la Macarena, Patrona de Sevilla; que todas las mañanas, con devota veneración, doña Pilar le ofrenda oraciones y flores frescas de sus jardines. Dos vitrales multicolores con detalles religiosos, le dan a su interior un ambiente de recogimiento espiritual.
Cruzando el sector embaldosado, el patio toma la forma de un pequeño prado, con el encantode un paseo con floresta tropical, tapizado de una verde gramilla y senderos de ladrillos en cuyo recorrido hay bancos de plaza. Abundan allí, en mayor profusión, flores y plantas ornamentales, helechos, bromelias, heliconias, rosas, claveles, jazmines y grandes cántaros de barro cocido, que le sirven de adorno.
Cerca de un grupo de palmeras aún jóvenes, atravesado por un puentecillo dearco, hay un estanque bordeado de piedras, hierbas y flores silvestres. Un sauce llorón le hace de centinela y tres viejos olivos que aún dan frutos, algunos pinos y eucaliptos le dan sombra.
Más allá, en una suerte de plazoleta, se levanta a un metro del suelo una explanada octogonal con balaustras y grandes sombrillas, con cuatro gradas de acceso y enlosada con cerámica en el piso y en la basede su contorno. En frente hay una churrasquera con mesones de cemento y una pequeña cocina. Aunque está algo alejada de la casa, la familia utiliza esta explanada cuando decide comer al aire libre. Allí, algunas veces, aprovechando la hora de la siesta, me he dedicado a tomar apuntes de viaje y a la lectura de algunos libros.
De este lugar, recuerdo una tarde con don Zacarías, un buen...
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