amistad
MENSAJERO:¿No sabes que nada debes temer? Por que Pólibo no tiene nada que ver con tu linaje.La falta de hijos lo sensibilizó contigo. .- Yo Te encontré en los desfiladeros selvosos del Citerón.
MENSAJERO.- Allí estaba al cuidado de pequeños rebaños montaraces.
Y así fui tu salvador en aquel momento.
MENSAJERO.-Lasarticulaciones de tus pies te lo pueden testimoniar.
MENSAJERO.- Yo te desaté, pues tenías perforados los tobillos.
MENSAJERO.- Hasta el punto de recibir el nombre que llevas por este suceso.El que me entregó a ti conoce mejor sobre esto,fue el pastor de Layo
EDIPO:algunos de ustedes conoce a ese tipo a quien se refiere?
CORIFEO; Yocasta te lo puede decir mejor.
(entra Yocasta Y SERVIDOR”
EDIPO:mujer ,conoces a este hombre, es él el pastor?
YOCASTA: ¡No investigues!, si te preocupa tu vida! No investigues!
Oh desventurado,! Que nunca llegues a saber la verdad!
(sale enfadada del palacio)
CORIFEO: ¿ Porque se ha ido tu esposa molesta?
EDIPO.- Que estalle lo que quiera ella. Yo sigo queriendo conocer mi origen, aunque sea humilde
(Entra el anciano pastor acompañado de dos esclavos.)EDIPO.-. Eh, tú, anciano, acércate y, , contesta a cuanto te pregunte. ¿Perteneciste, en otro tiempo, al servicio de Layo?
SERVIDOR.- Sí, como esclavo no comprado, sino criado en la casa.
¿Tuviste relación con este soldado alguna vez?
MENSAJERO.- ¡Ea! Dime, ahora, ¿recuerdas que entonces me diste un niño para que yo lo criara como un retoño mío?
MENSAJERO.-pues Éste es, querido amigo, el queentonces era un niño.
EDIPO.- ¿Le entregaste al niño por el que pregunta?
SERVIDOR.- Lo hice y ¡ojalá hubiera muerto ese día!
SERVIDOR.- Lo recibí de uno.era uno de los vástagos de la casa de Layo.Era tenido por hijo de aquél. Pero la que está dentro, tu mujer, es la que mejor podría decir cómo fue.
SERVIDOR.- Ella fue la me me lo entregó Para que lo matara.Por temor a funestos oráculos.Sedecía que él mataría a sus padres.
EDIPO.- ¡Ay, ay! Todo se cumple con certeza (Entra en palacio.)
NARRADOR: fue así como Edipo confirmó ser el asesino de su padre y actual esposo de su madre, aun no queriendo creerlo, esto desdichadamente era cierto. Aún así aparece un mensajero con una noticia nefasta para Edipo.
(Entra a escena el mensajero un poco angustiado y preocupado)
MENSAJERO.- Laspalabras más rápidas de decir y de entender: ha muerto la divina Yocasta.
CORIFEO.- ¡Oh desventurada! ¿Por qué causa?
MENSAJERO.- Ella misma, parece que se ha suicidado; corrió invadida por la desesperación y en su habitación con su vestido largo; se colgó invocando a su difunto esposo Layo. Edipo corrió tras ella y gritando de dolor y sufrimiento; agarró los broches dorados del vestido de Yocastase golpeó lo ojos, y se golpeó constantemente, hasta quedar ensangrentado.
(Se abren las puertas del palacio y aparece Edipo con la cara ensangrentada, andando a tientas.)
EDIPO.- ¡Ah, ah, desgraciado de mí! ¿A qué tierra seré arrastrado, infeliz? ¿Adónde se me irá volando, en un arrebato, mi voz? ¡Ay, destino! ¡Adónde te has marchado?
EDIPO:Sáquenme fuera del país cuanto antes, saquen, ohamigos, al que es funesto en gran medida, al maldito sobre todas las cosas, al más odiado de los mortales incluso para los dioses.
EDIPO.- No hubiera llegado a ser asesino de mi padre, ni me habrían llamado los mortales esposo de la que nací. Ahora, en cambio, estoy desasistido de los dioses, soy hijo de impuros, tengo hijos comunes con aquella de la que yo mismo -¡desdichado!- nací.
CORIFEO.- Noveo el modo de decir que hayas tomado una buena decisión. Sería preferible que ya no existieras a vivir ciego.
CORIFEO.- A propósito aquí se presenta Creonte para tomar iniciativas o decisiones, ya que se ha quedado como único custodio del país en tu lugar.
EDIPO.- ¡Ay de mí! ¿Qué palabras le voy a dirigir? ¿Qué garantía justa de confianza podrá aparecer en mí? Pues de mi enfrentamiento...
Regístrate para leer el documento completo.