Amor En Tiempos De Colera
COLEGIO DE CIENCIAS Y HUMANIDADES
“RESUMEN”
AMOR EN TIEMPOS DE COLERA
PERSONAJES
PRINCIPALES Y SECUNDARIOS.
* JEREMIAH DE SAINT AMOUR
* FLORENTINO ARIZA
* FERMINA DAZA
* DOCTOR URBINO
* PAPA DE FERMINA LORENZO
* MAMA DE FERNANDO
* PRIMA DE FERMINA HILDEBRANDAGabriel García Márquez:
El amor en los tiempos del cólera
El olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. Aunque el aire de la ventana había purificado el ámbito, aún quedaba para quien supiera identificarlo el rescoldo tibio de los amores sinventura de las almendras amargas. El doctor Juvenal Urbino había pensado más de una vez, sin ánimo premonitorio, que aquel no era un lugar propicio para morir en gracia de Dios. Para el doctor Juvenal Urbino fue un encuentro milagroso. Gracias a él, Jeremiah de Saint Amour pudo ser lo que fue entre nosotros. Su día diferente era el domingo. Asistía a la misa mayor en la catedral, y luego volvía a casay permanecía allí descansando y leyendo en la terraza del patio. Pocas veces salía a ver un enfermo en un día de guardar, como no fuera de extrema urgencia, y desde hacía muchos años no aceptaba un compromiso social que no fuera muy obligante.
Mucho tiempo atrás, en una playa solitaria de Haití donde ambos yacían desnudos después del amor, Jeremiah de Saint Amour había suspirado, ella lointerpretó como un propósito heroico de luchar sin cuartel contra los estragos del tiempo, tenía la determinación irrevocable de quitarse la vida a los sesenta años. Jeremiah de Saint Amour amaba la vida con una pasión sin sentido, amaba el mar y a ella, y a medida que la fecha se acercaba había ido sucumbiendo a la desesperación, como si su muerte no hubiera sido una resolución propia sino un destinoinexorable. Cuando interrumpió la carta que ya había comenzado y la miró por última vez.
-Recuérdame con una rosa -le dijo.
Pensaba vender la casa de Jeremiah de Saint-Amour. En verano, un polvo invisible, áspero como de tiza al rojo vivo, se metía hasta por los resquicios más protegidos de la imaginación, alborotado por unos vientos locos que desentechaban casas y se llevaban a los niñospor los aires. Era la misma muchedumbre impetuosa que el resto de la semana se infiltraba en las y le infundían a la ciudad muerta un frenesí de feria humana. En el barrio residencial de La Manga, la casa del doctor Juvenal Urbino estaba era una casa, con ser de las modernas, carecía de la bañera de peltre con patas de león que era de uso ordinario en las mansiones de la ciudad antigua. No era elmiedo como lo había sentido siempre, sino una realidad inmediata. En cambio, lo que había visto aquel día era la presencia física de algo que hasta entonces no había pasado de ser una certidumbre de la imaginación. Fermina Daza no se dejó contagiar por su humor sombrío. Pero no lo consiguió, porque Fermina Daza no era fácil de impresionar, y menos con la muerte de un hombre que no amaba.
FerminaDaza lo notó, y le hizo prometer en voz baja que asistiría al entierro. De no ser lo que era en esencia, un cristiano a la antigua, tal vez hubiera estado de acuerdo con Jeremiah de Saint-Amour en que la vejez era un estado indecente que debía impedirse a tiempo. Sin embargo, a pesar de que le dolía la interrupción de su sangre en el manantial de la historia, lo que más le preocupaba de la muerteal doctor Urbino era la vida solitaria de Fermina Daza sin él. Desde su primer instante de viuda se vio que Fermina Daza no estaba tan desvalida como lo había temido el esposo. El doctor Florentino, invisible entre la muchedumbre de notables, sintió una lanza en el costado. Florentino fue uno de los pocos que llegaron hasta el final del entierro. Fermina Daza se habría creído frente a un loco,...
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