Amor
Cuento del Hinduismo
Chloé Jacomet
Antonia Torres
IºB
Anna Monroe era una adolescente relativamente normal. Iba a fiestas, tenía amigas, y las cosas típicas (para ella) que tenían las adolescentes: computadores, celulares, una banda favorita, ropa y zapatos. Tenía notas promedio, y hacía deporte. Cabello normal, ojos normales, sonrisa normal. Una chica común ycorriente. Nunca se cuestionó si lo que su sociedad y ella misma consideraban normal la hacían feliz. Hasta que chocó con otra realidad.
Su padre trabajaba en una gran empresa internacional, y lo transfirieron a India. Cuando Anna se enteró de la noticia, quería hasta morir. A pesar de sus rabietas, lloros y súplicas, la condena ya había sido sentenciada. Para una chica de 16 años, eso parecía el findel mundo. ¡Estaba dejando su fabulosa vida ahí, en su país! Mudarse a India no era algo normal para ella.
Sus padres seguían recalcándole que iba a ser una experiencia cultural increíble y que iba a crecer como persona, pero a Anna sinceramente no le importaba eso. Los métodos de sus padres de convencerla solo la hacían sentirse peor, y decidió hacerles la ley del hielo hasta que ellosrecapacitaran y la dejaran volver a su país. Anna sabía muy adentro que eso no iba a resultar, e iba a terminar hablándoles, pero se prometió resistir lo más posible.
Cuando llegó a Nueva Delhi, la capital de India, quedo horrorizada. Caos total. Era un escenario espantoso para una chica tan estereotípica. Animales por toneladas, caminando por cualquier parte como si fueran otra persona más, parecíahaber comercios en cada rincón, y personas por doquier. Era como un hormiguero: todos apretujados, andando rápido por las calles. Preferiría estar tomándose un café de Starbucks, con sus amigas.
El primer día de escuela de ella fue espantoso. No conocía a nadie, y aparte de la palabra (o frase, ya ni sabía) Namastē, no entendía nada en hindú. Y para remate, seguía sin dirigirles la palabra a suspadres. Ese día, al llegar a su casa, se encerró en su cuarto y no habló con nadie que no fueran sus amigas de WhatsApp.
Pasaban los días y la situación no parecía mejorar. Su vida era una rutina: iba a la escuela, luego llegaba a su casa para sus clases de hindú, y se encerraba en su cuarto con su cena, sin hablarles a sus padres.
Hasta que un día debieron hacer un trabajo para la escuela. Eraen parejas, y Anna se alivió un poco al saber que el profesor las iba a asignar. No era que precisamente tuviera amigos, de hecho, no tenía ni uno, así que si debían elegir compañero, Anna quedaría sola. El profesor designó a Sakkara como su pareja de trabajo, una chica de su edad. Era realmente amable, tenía la tez morena y el cabello grueso, largo y negro. Sonreía mucho, y no tenía un iPhone, niuna computadora portátil. Anna se preguntó cómo podía ser feliz sin Tumblr, o Twitter. De todas formas, la pasaba bien con ella. Era dulce y serena.
Sakkara tuvo que ir a la casa de Anna a terminar el trabajo que llevaban haciendo en clases, y Anna la recibió encantada. Se habían acercado muchísimo, y el acento de Sakkara siempre le sacaba una sonora carcajada.
Sakkara no podía creer lahabitación en la que vivía Anna.
– ¡Tiene tantas cosas! – dijo, recalcando cada consonante y observando todo con los ojos como platos. Anna soltó una risa burbujeante, pero por dentro estaba extrañada. Tenía todo lo básico de una adolescente normal, ¿por qué pensaba eso Sakkara?
– ¿Cómo? Esta pieza es muy pequeña, y mi Mac cada vez anda más lento… – se quejó Anna, cambiando su pierna de apoyo yresoplando.
Sakkara le sonrió de forma amable, y se dedicó a observar las pequeñas fotografías que se encontraban en un estante.
– Aquí no nos podemos apegar mucho a lo material. Creemos en la reencarnación, y apegarnos a lo material no es exactamente lo mejor para hacer – le explicó Sakkara luego de unos instantes, al ver el rostro de confusión de Anna –. Además, esto no es lo básico. Eres muy...
Regístrate para leer el documento completo.