amor
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ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssSu historia, aunque distinta, coincide en lo esencial con la de Ana. Con 39 años y dos pequeños,esta mujer recibió constantes amenazas de muerte por parte de su pareja, quien en una ocasión llegó a enviar a su casa un ataúd negro con su nombre y el de su hija. Cuando ya no pudo más, denunció a su agresor ante la policía y los propios agentes le hablaron de las casas de acogida y de los recursos que había a su disposición. En estos momentos, según ella misma cuenta no sin trabajo porque lecuesta verbalizar sus sentimientos, es una "mujer fuerte y gues Gran parte de culpa en este proceso de transformación personal la tiene el equipo de profesionales que la ayudan y asesoran en la casa de acogida donde reside. Lola Torrijo (asesora jurídica), María Eugenia de la Peña (trabajadora social), Laura Gallardo (responsable de la atención de emergencia) y María del Carmen Gómez (psicóloga) sehan convertido en casi parte de su familia. Todas ellas han atendido a María y Ana --entre otras mujeres-- desde el primer momento en que llegaron y son las responsables de que hoy hayan incrementado su autoestima, de que no sean dependientes respecto a su agresor, de que sus pequeños estén escolarizados, de que hayMujeres maltratadas relatan su infierno y animan a otras víctimas a denunciar a susagresores y "volver a vivir"
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SEVILLA, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
María y Ana son dos mujeres víctimas de violencia de género. Sus nombres son ficticios, pero sus historias personales no pueden ser más reales. Ellas y sus hijos han sido maltratados física ypsicológicamente por sus parejas y hoy, gracias a los diversos centros de acogida y recursos sociales por lo que han transcurrido en los últimos meses, pueden contar su infierno para animar a otras mujeres en su misma situación a que denuncien y "vuelvan a vivir".
"Tengo 43 años y llevo sufriendo maltrato desde que nací porque lo conocí con mi padre. Luego me casé y fue parecido, pero lo veía normal porqueme crié así. Hasta que vi que mis niñas temblaban, fue cuando ya no lo vi normal". Así resume María, de 43 años, su vida hasta que hace unos meses, aconsejada por un cura y una directora de Cáritas, llegó a una casa de acogida para mujeres víctimas de violencia de género en Sevilla.
Ahora, tras su paso por esta casa, según celebra, se encuentra "muy bien" y sus dos hijas menores (tieneotros tres hijos mayores de edad y que ya la han hecho abuela) están "muy tranquilas y relajadas" en el piso tutelado donde viven con otra compañera, algo impensable cuando su marido la maltrataba. "Aquí tenemos mucha protección, esto es como venir del infierno al cielo, hemos encontrado una nueva familia y una nueva vida", explica emocionada a los medios de comunicación tras reconocer que, aunque el"miedo no se pierde nunca", ahora se siente "supersegura" y que "nunca más" volverá a su vida anterior.
Y lo dice ella que tropezó "dos veces en la misma piedra". Tras tener a sus tres primeros hijos se separó durante 12 años de su pareja y después volvió con ella con la esperanza de que hubiera cambiado. Aguantó otros cuatro años de maltratos. "Una está ciega hasta que abre los ojos", dicemientras anima a las mujeres que pasan por esta misma situación a que "miren por ellas y, sobre todo, por sus hijos" y salgan adelante porque "merece la pena y hay muchas ayudas". "Si quiere de verdad sacar a sus hijos adelante y llevar una vida normal, puede, aunque sea sola, pero puede", afirma contundente María.
Su historia, aunque distinta, coincide en lo esencial con la de Ana. Con...
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