Amor
Curso: 6to “B”
EL AMOR
En cierto libro de matemática. Se cuenta la historia dela vez en la cual un cociente se enamoró de una incógnita. Él (cociente), producto de unafamilia de importantísimos polinomios. Ella, una simple incógnita, de una miserable ecuación literal... ¡oh! ¡Qué tremenda desigualdad!... pero como todos saben, el amor es de lo único que no se puedesaber su final porque el amor no tiene límites y va del más infinito al menos infinito.
Casi hipnotizado, el cociente la contempló desde el vértice hasta la base, bajo cada uno de los ángulos,agudos y obtusos. Era linda, una figura impar que se evidenciaba por: mirada romboidal, boca trapezoidal y senos esféricos en un cuerpo cilíndrico de líneas sinusoidales.
-¿Quién eres?- preguntó elcociente con una mirada radical. Soy la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos.- Pero puedes llamarme hipotenusa- contestó ella con expresión algebraica de quien ama. Ese el principiodel cual su fin se extendía próximo al infinito.
Él hizo de su vida una paralela a la de ella, hasta que se encontraron en el infinito. Y se amaron hasta el cuadrado de la velocidad de la luz,dejando al sabor del momento y de la pasión, rectas y curvas en los jardines de la cuarta dimensión. Él la amaba y el recíproco era verdadero. Se adoraban con las mismas razones y proporciones en unintervalo abierto de la vida.
Luego de tres cuadrantes, resolvieron casarse. Trazaron planes para el futuro y todos le desearon felicidad integral. Los padrinos fueron el vector y la bisectriz. Todomarchaba sobre ejes. El amor crecía en progresión geométrica. Cuando ella estaba en sus coordenadas positivas, concibió un par: al varón, cuyo nombre en homenaje al padrino lo bautizaron versor y la niña,una linda abscisa. Ella fue objeto de dos operaciones.
Eran felices, hasta que un día todo se volvió una constante. Fue así que apareció otro. Sí, otro. El máximo común divisor, un frecuentador...
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