Amores que matan
Su nombre de pila es Reinaldo Lindo Bolaños.
En 1987 sólo una de sus compañías fabricó 720 millones de cajas para empacar losproductos de grandes industrias nortea¬mericanas y difícilmente se encontraba en los Estados Unidos una mesa que no tuviera por lo menos un pequeño sobre rosado con azúcar sustituta salido de sufábrica. Imprimía entonces, noventa millones al día.
Tampoco había en Nueva York supermercados o tiendas de alimentos en las que faltaran empaques de Pepperidge Farm, una compañía panificadora para lacual trabaja, ni una perfumería a lo largo del país en la que no se destacaran las cajas de Avon hechas por él, ni una farmacia que se diera el lujo de excluir de sus vitrinas alguno de los cartones queeste hombre le entrega a Johnson & Johnson mensualmente.
Sin embargo, su colección particular de carritos de juguete aún no lo satisface del todo. "Cada día salen al mercado modelos nuevos y esimposible estar pendiente de ellos", dice dibujando una sonrisa.
Durante mi primer viaje a Nueva York en busca de este trabajo escuché hablar de él tan insistentemente que intenté bus¬carlo pero medijeron que se hallaba en la feria de Burdeos comprando una cosecha de Armagnac para su empresa de licores y sólo en 1986 pude conocerlo personalmente.
Recuerdo que llamé a su casa un jueves deoctubre a las siete y media de la mañana pero quien me contestó dijo, "Es muy tarde para localizarlo aquí. Reinaldo sale para la fábrica a las seis". Y allá me respondieron: "Es muy temprano. Don Reinaldosólo entra a la oficina una vez haya culminado el recorrido diario por las instalaciones. Llámelo dentro de una hora o deje su número. El lo buscará".
Exactamente a las ocho y media sonó el...
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