amorios del tiempo tosco

Lleva sobre mi brazo izquierdo un tarro de Nutella, seis piezas de pan, pues me encantaba atragantarme con alimentos que engordan mientras que perdía el tiempo viendo programas superficiales y de baja calidad. En mi mano derecha llevaba un cuchillo, así es, un cuchillo. Un objeto relativamente innecesario para preparar sándwiches, porque me pude haber llevado algo distinto como una pala o lo masparecido. Yo le había tomado un cierto amor masoquista a las cosas brillantes y punzocortantes, tenían algo que amaba, su costado tan afilado, la punta que podría de desdeñar cualquier cosa. Las escaleras se me hicieron eternas, pareciera que cada escalón avanzado se aumentaran cinco al final, no lo se, ese día traía una fatiga mezclada con frustración sin ningún limites. En la sala de estarestaban mis hermanas y mi madre se hallaba limpiando las cocina, todos estebábamos en nuestros propios asuntos, algo sumamente normal en mi familia, cada quien por su lado e ignorando todo.
Entre a mi cuarto y tire todo lo que lleva en las manos sobre mi cama, a excepción del cuchillo, este objeto aun lo tenia consintiendo de una forma cálida y opresiva la palma de mi mano. Me acerque al buro que seencuentra al fondo de mi cuarto, abrí el cajón buscando pilas para el control remoto cuando me halle con unas fotografías; raramente se veían lustrosas y bien conservadas, como recién reveladas, o quizás seria por un tenue rayo de luz que entraba por mi ventana; de esas veces que el sol te anuncia que te puedes tirar a la cama sin ningún remordimiento de perder el tiempo o que aun te queda algopor hacer. Tome las fotografías y camine un momento alrededor de mi cuarto como si un presagio oscuro estuviera llegando a mi mente.
Me acerque al margen de mi cama y me recosté, prepare un par de esas mis delicias favoritas, me erguí y comencé a mirarlas. En una de ellas estaba yo; Francisco, sentado sobre la alfombra de mi antigua casa que estaba en Chicago, con muchos juguetes a mi alrededor,una sonrisa amplia, bella y deslumbrante formaba mi rostro, en otra estaba junto mi hermana Fernanda jugando en la nieve con nuestros abrigo que parecía que nos mataban. Pensé hacia mis adentros:
-Aquello quizás es un sueño, ya no he tenido contacto la felicidad, el cariño lo desconozco, olvide el concepto de amor, o quizás el amor jamás ha existido.
Pero de alguna forma aquello fue realidad,había sido parte de mi vida, de mi pasado, aquel infante era yo. Si, era, lo fue, desapareció, ya no existía, me era irreconocible. Levanta el mentón y respiro un poco, ahí capte que me costaba trabajo respirar, ya tenia constipada la nariz y mis mejillas húmedas, ¿Per de que?, ¿Lagrimas?, ¿Eran eso acaso?. Llevaba un tiempo considerable aguantándome las lágrimas, las oprimía y las desaparecía.Pero en esta ocasión no pude contenerme y llore, llore como nunca, un huracán de emociones sustituía mi energía, recordaba cuando era feliz y sonreía, mientras que ahora recibía golpes, abusos, empujes y maltrato de todos. Recordé en aquella ocasión en que varios muchachos de mi escuela intentaron abusar de mi inocencia sexual, me enterraron lápices en mis piernas, me tomaban la mandíbula con unafuerza muy expresiva y me dijeron: -Hoy te toca, ahora sabrás lo que te toca vieja-. Me sentía la peor escoria, sentía que era un asco, quizás eso me lo merecía por no ser común, normal y parejo como todos lo eran. Sollozaba hacia mis adentro pues no quería que nadie se diera cuenta que mi habitación era mi refugio, pero que en esta ocasión se desplomaba. Di media vuelta con mi cabeza y ahí estabael objeto que el destino me había propuesto centenares de vez, aquel utensilio al cual yo iba a deformar su uso. Ya no soportaba mas hipocresías de mi parte ante mis abusadores, no podía aguantar mas, ya no podia hacerme el hombre fuerte y rudo que siempre tuve que aparentar.
-Yo creo que me merezco estar muerto, eso desea Dios, nadie me quiere, les estorbo, yo mismo provoco este abuso, es...