Análise Martin Fierro,Cap. 9

Páginas: 9 (2007 palabras) Publicado: 26 de enero de 2016
El Gaucho Martin Fierro
Capitulo IX


Matreriando lo pasaba
ya a las casas no venía;
solía arrimarme de día,
mas, lo mesmos que el carancho,
siempre estaba sobre el rancho
espiando a la polecía.

Viva el gaucho que ande mal,
como zorro perseguido,
hasta que al menor descuido
se lo atarasquen los perros,
pues nunca le falta un yerro
al hombre mas alvertido.

Y en esa hora de la tarde
en que tuitose adormece,
que el mundo dentrar parece 
a vivir en pura calma, 
con las tristezas del alma
al pajonal enderiece.

Bala el tierno corderito
al lao de la blanca oveja,
y a la vaca que se aleja
llama el ternero amarrao;
pero el gaucho desgraciao
no tiene a quien dar su oveja.

Ansí es que al venir la noche
iba a buscar mi guarida,
pues ande el tigre se anida
tmbién el hombre lo pasa,
y no queríaque en las casas
me rodiara la partida.

Pues aun cuando vengan ellos
cumpliendo con su deberes,
yo tengo otros pareceres,
y en esa conduta vivo:
que no debe un gaucho altivo
peliar entre las mujeres.

Y al campo me iba solito,
más matrero que el venao,
como perro abandonao
a buscar una tapera,
o en alguna vizcachera
pasar la noche tirao.

Sin punto ni rumbo fijo
en aquella inmensidá,
entre tantaescuridá
anda el gaucho como duende;
alli jamás lo sorpriende
dormido, la autoridá. 

Su esperanza es el coraje,
su guardia es la precaución,
su pingo es la salvación,
y pasa uno en su desvelo,
sin más amparo que el cielo
ni otro amigo que el facón.
............................

Ansí me hallaba una noche
contemplando las estrellas,
que le parecen más bellas
cuanto uno es más desgraciao,
y que Dioslas haiga criao
para consolarse en ellas. 

Les tiene el hombre cariño
y siempre con alegría
ve salir las Tres Marías;
que si llueve, cuanto escampa,
las estrellas son la guía
que el gaucho tiene en la pampa.

Aqui no valen dotores,
sólo vale la esperiencia;
aquí verían su inocencia
esos que todo lo saben,
porque esto tiene otra llave
y el gaucho tiene su cencia.

Es triste en medio del campopasarse noches enteras
contemplando en sus carreras
las estrellas que Dios cría,
sin tener mas compañía
que su delito y las fieras.

Me encontraba como digo,
en aquella soledá,
entre tanta escuridá,
echando al viento mis quejas,
cuando el grito del chajá
me hizo parar las orejas.

Como lunbriz me pegué
al suelo para escuchar;
pronto sentí retumbar
las pisadas de los fletes,
y que eran muchos jinetesconocí sin vacilar.

Cuando el hombre está en peligro
no debe tener confianza;
ansí tendido de panza
puse toda mi atención
y ya escuche sin tardanza
como el ruido de un latón.

Se venían tan calladitos
que yo me puse en cuidao;
tal vez me hubieran bombiao
y ya me venían a buscar;
mas no quise disparar,
que eso es de gaucho morao.

Al punto me santigüé
y eché de giñebra un taco;
lo mesmito que elmataco
le arroyé con el porrón;
-si han de darme pa tabaco-,
dije,-ésta es güena ocasión-.

Me refalé las espuelas,
para no peliar con grillos;
me arremangué el calzoncillo,
y me ajusté bien la faja,
y en una mata de paja
probé el filo del cuchillo.

Para tenerlo a la mano
el flete en el pasto até,
la cincha le acomodé,
y, en un trance como aquél,
haciendo espaldas en él
quietito los aguardé.Cuando cerca los sentí,
y que ahi no más se pararon,
los pelos se me erizaron
y,aunque nada vían mis ojos,
-no se han de morir de antojo-,
les dije, cuando llegaron.

Yo quise hacerles saber
que alli se hallaba un varón;
les conocí la intención
y solamente por eso
es que les gané el tirón,
sin aguardar voz de preso.

-Vos sos un gaucho matrero-
dijo uno, haciéndose el güeno.
-Vos mataste un moreno
yotro en una pulpería,
y aquí está la polecía
que viene a ajustar tus cuentas;
te va alzar por las cuarenta
si te resistís hoy día.

-No me vengan-, contesté,
-con relación de dijuntos;
esos son otros asuntos;
vean si me pueden llevar,
que yo no me he de entregar,
aunque vengan todos juntos-.

Pero no aguardaron más
y se apiaron en montón;
como a perro cimarrón
me rodiaron entre tantos;
ya me...
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