Análisis cultural-enunciativo de la crónica

Análisis cultural-enunciativo de la crónica
“La travesía de Wikdi” de Alberto Salcedo Ramos

Cátedra: Lenguajes I
Profesora TP: Carolina Cansino
Alumno: Alejandro Vena
Fuente de la crónica: http://cronicasperiodisticas.wordpress.com/2013/04/20/la-travesia-de-wikdi/

a) Cada trazo que a lo largo de los tiempos la crónica ha ido dibujando, en el intento de mostrar, haciendo visible ysacando del olvido la vida, las experiencias y los nombres de aquellos anónimos que forman parte de la historia de nuestra Latinoamérica, es evidencia de sus pesares y de sus verdades que el discurso oficial ha intentando por diferentes medios silenciar o etiquetar de “absurdo”. Tal es el caso del relato, entretejido entre palabras, que Alberto Salcedo Ramos nos permite “ver” en la historia delpequeño Wikdi. Pero la historia de este adolescente de trece años, perteneciente a la etnia Kuna, sumergida en el olvido de una Colombia profunda, se entremezcla con la realidad de un presente violento donde las diferentes fuerzas que luchan entre sí por el dominio de vastas zonas colombianas, traen dolor, temor y muerte. Allí se hacen presentes grupos de paramilitares que a largo de los años hanmutado de forma y contenido. Nacidos en la extrema derecha para combatir a los de extrema izquierda, sostenidos por ricos y políticos que los utilizaron para su beneficio, y luego muchos de ellos volcados a las filas del narcotráfico en donde cometieron atroces crímenes en contra de la sociedad civil, siguen siendo una realidad que para muchos (entre lo que se pueden contar a los gobernantes de turno)es preferible ignorar.
Y es en este contexto que la crónica descorre el velo, lo rasga y nos muestra lo que es, lo que cada uno de los habitantes de esa región debe vivir como cotidiano, como parte inobjetable de la vida misma.

“En la áspera troche de ocho kilómetros que separa a Wikdi de su escuela se han desnucado decenas de burros. Allí, además, los paramilitares han torturado y asesinadoa muchas personas.”

“Estas lejuras de pobres nunca les han interesado a los indolentes gobernantes nuestros, y por eso los paramilitares están al mando. En la práctica ellos son los patronos y los legisladores reconocidos por la gente”.

b.1) Lejos de mantenerse al margen, y simplemente narrar la realidad que va descubriendo en los senderos que transita, el cronista se enuncia como parte delos protagonistas, asumiendo que como ellos, él también es un posible “blanco” de los paramilitares. Y dejando de lado la académica postura del etnólogo que describía una realidad de acuerdo a lo que otros habían recopilado, aquí se adentra no sólo en la oscuridad de la noche y del paisaje sino en los temores y en las dudas que acechan a sus observados, deseando, por qué no, que la misma fe quelos anima y empuja se haga carne y fuerza en su propia experiencia.

“Captada en su propio ambiente, digo, la historia que estoy contando suscita tanta admiración como tristeza. Y susto: aquí los paramilitares han matado a muchísimas personas. Hubo un tiempo en el que adentrarse en estos parajes equivalía a firmar anticipadamente el acta de defunción. (…)En este instante no hay en el mundo unblanco más fácil que nosotros. Si nos saliera al paso un paramilitar dispuesto a exterminarnos, lo conseguiría sin necesidad de despeinarse. Sobrevivir en la trocha de Arquía, después de todo, es un simple acto de fe. Y por eso, supongo, Wikdi permanece a salvo al final de cada caminata: él nunca teme lo peor.”

Una vez más el cronista permite que la realidad lo confronte con aquello que deberíaser, “supuestamente”, y no es, con lo que los responsables en las altas esferas de gobierno tendrían que cumplir y que nunca llegan a concretar. Su mirada, compelida por la realidad, abandona la posición impasible y se involucra denunciando las falencias y necesidades de sus protagonistas.

“La Institución Educativa Agrícola de Unguía, fundada en 1961, ha forjado ebanistas, costureras,...