Anécdotas, relatos...

Páginas: 35 (8592 palabras) Publicado: 5 de septiembre de 2012
Anécdotas, Relatos, Recopilaciones 1
“Toda similitud con hechos o personas reales es pura coincidencia”
“La mente del hombreEs el “reservorio”
De todo lo observado,De todo lo vivido,
De todo lo pensado,De todo lo soñado,
En éstaY otras dimensiones”.
Luciano Willak Jankani

CarlosPiazzini Núñez © - 2011.

1.- ¿HASTA CUANDO CRECEN LOS SERES HUMANOS?...


De acuerdo a lo leído y estudiado, tenía entendido que la especie humana crecía hasta un máximo de los 23 años, algunos dicen que hasta los 18 años…

Sin embargo hace poco descubrí que mi apreciación estaba completamente errada; es decir que no era cierta tal afirmación que el “populorum” sustenta.

¿Cómo es quellegué a descubrir tal portento? Fue de casualidad, de una forma inusual, es decir “de chiripa”.

Nos encontramos reunidos los amigos de siempre y es cuando se hace presente nuestro grato amigo; a lo lejos se le notaba más alto de lo normal, fue solo cuando nos acercamos y constatamos la gran diferencia de estatura… Si, extrañamente había crecido de una manera vertiginosa, descomunal, fue unaexperiencia increíble apreciar que en unos pocos meses, de un ser norma, común y corriente, se había transformado en un ser descomunal, es decir inmensurablemente enorme.

Para observarlo tuvimos que levantar la cabeza y hacer un enorme esfuerzo para contemplar su rostro, a fin de verificar que era la misma persona… si, en efecto solo que ahora se encontraba distante, apartado, es decir, muypor encima de todos nosotros.

Claro que desde la “altura” en que se encontraba, nosotros le pareceríamos unos seres insignificantes, pequeñitos como unos bichos, elementales, microscópicos, ya que nunca podríamos estar más a su “altura”, y que nuestras palabras, comentarios desde “su altura” los sentiría como simples balbuceos o murmullos.

Fue cuando sin ton ni son simplemente se alejó,musitando entre dientes sabe dios que frases, que tampoco logramos apreciar, ya que no nos encontrarnos a su altura, a su cima, a su medida.

Hoy, nuestro amigo, lejos de aquella experiencia desagradable, se encuentra feliz desde su promontorio, atalaya, Olimpo, contemplando, seguramente con cierto desprecio al pequeñísimo e insignificante mundo de “bichos”, que nunca podrán alcanzar su...
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