an-estetica de la arquitectura

El libro desde un principio plantea una crítica a la situación actual de la sociedad, una sociedad que ha olvidado el valor y significado real de las cosas.
Dicho significado se pierde por elexcesivo manejo de la información, por la manera en como el mundo se rige por el capitalismo y como éste genera un consumismo a través del bombardeo de imágenes solo con el fin de vender.

Nos habla de unnuevo mundo donde lo real dejó de ser real y nos creamos (o nos crean) un mundo de hiperrealidad y de simulacro puro. Una realidad distorsionada llena de imágenes vacías.

Nos hemos convertido enuna sociedad que solo mira la objetividad de algo, así todo se convierte en imágenes, se estetitiza y se valora por su apariencia. Entonces todo se trata de convertir en “arte”. Pero “cuando todo sehace estético ya nada es bello ni feo, y el arte en sí mismo desaparece”.

Ahora bien, la arquitectura se encuentra atrapada en este mundo de la estetización, pero es una consecuencia directa debidoa que la arquitectura opera a través de la imagen. El mundo del arquitecto es el mundo de la imagen.
Pero paradójicamente cuando un arquitecto menciona que su trabajo es antiestético, y afirma quela imagen y/o el arte no juegan ningún papel en él, es cuando existe un mayor riesgo de posible estetización, ya que para explicar su trabajo a veces llega a niveles más profundos de sensibilidad;dicha sensibilidad hace que se deje de lado la “realidad simple y original” del proyecto.

En otro capítulo el libro hace una analogía entre el fascismo y la arquitectura. Pero el fascismo es analizadono históricamente si no genéricamente, esto es por el uso o abuso excesivo de cualquier forma de poder.
La arquitectura y, por consecuencia los arquitectos, han desarrollado (tal vezinconscientemente) tendencias fascistas.
De ahí me llamó la atención la frase: “no solo dentro de un dictador fascista hay un arquitecto, sino también dentro de cada arquitecto hay un fascista en proceso....