Ana La Rana

En un reino muy lejano, cerca de Wee Waa (Australia), vivía una alocada y rebelde sapita, era la mala del salón, la fiestera, la más alta, sapita cuyonombre era Ana, Ana la rana. Ana junto con un par de cómplices solían burlarse de sus compañeros sapos por ser de un verde más claro y pálido que el de ellos.Buscaban cada uno de los defectos por más mínimos que fueran en los demás, les decían que croaban muy feo, que sus saltos eran como los de un renacuajo y quejamás podrían ser tan perfectas como ellas. Ana se sentía superior al burlarse de todos, se sentía la jefa del salón.
Un día los cómplices de Ana decidieron dejarde ser malos con el resto del grupo, pues a ellos no les causaba ninguna satisfacción o felicidad, así que Ana se quedó sola.
En vez de retirarse junto consus cómplices, ella intento mostrar independencia e intentaba hacer las mismas acciones que hacia cuando estaba rodeada de otros sapos que la respaldaban perono se sentía igual. Ya nadie tomaba en serio sus críticas o su burlas, pero ella sentía una necesidad de criticar a alguien, así que Ana comenzó a criticarseella misma frente al espejo, se burlaba de sí misma y no dejaba pasar ni un solo detalle que ella tuviese por que de inmediato lo detectaba y se odiaba un pocomás.
Ana se dio cuenta de que el burlarse de los demás la hacía olvidarse de que ella también es un ser vivo y tiene defectos como todos. Decidió disculparsecon el resto del salón y desde ese día aprendió a valorarse a sí misma y a los demás.
“Aprende a amarte a ti mismo y podrás amar” (Miguel Ángel Cornejo)