Ana quiroga
Charla en el seminario de Educación Popular de la Universidad Popular Madres de Plaza de MayoPensaba en un hecho
que retrasó unos minutos mi llegada aquí. Recibí una llamada del diario Página 12 para que diera una opinión sobre un
acontecimiento de alto impacto social ocurrido entre ayer y hoy. Me refiero alasesinato de una profesora de física, a
manos de un adolescente, alumno suyo, que estaba dando examen. Sabemos que es común experimentar
sentimientos hostiles hacia nuestros profesores, por la exigencia que nos implican, y sobre todo por las modalidades de
vínculo y relaciones de poder que imperan en el sistema educativo. Lo sucedido denuncia un monto de violencia
existente en la sociedad, unacalidad de las relaciones interpersonales.
Hago referencia a este hecho social, porque mientras me acercaba a esta casa pensaba: ¡qué paradoja! En este
contexto,
hablar
de dos maestros, de dos educadores, que tuvieron la capacidad de
trabajar tan profundamente en la relación docente alumno, desde la
comprensión de la unidad del enseñar y el aprender.
Se me pedía
que elaborara una hipótesisacerca de este fenómeno, tan emparentado
con otros hechos significativos que marcan nuestra cotidianeidad,
teniendo muchos de ellos como escenario la institución escolar. La
pregunta no tiene una respuesta fácil, pero sí hay algo que podemos
aventurar. Nos referimos a la absoluta naturalización de la muerte, la
depreciación de la vida, la exaltación de la violencia sin sentido,
destructiva,que está tan profundamente arraigada, desde distintas
vertientes en nuestro país. Ante hechos como éste, interrogándonos por
sus causas, no podemos simplificar.
¿Qué sería simplificar en este
caso? Sería pensar unilateralmente, atribuir esa depreciación “sólo a
la dictadura”, o “sólo a este genocidio económico que sufrimos, o “sólo
a la naturalización de la violencia en los medios decomunicación de
masas”. En nuestra historia y en la vida social, en todo hecho, hay una
multiplicidad de causas, un entrelazamiento de factores.
Es un hecho
concreto: los jóvenes y los adolescentes, son quizás el sector social
más frágil frente a esta naturalización de la muerte, o frente a esta
negación de la vida. Y pensando en la negación de la vida y la
naturalización de la muerte que recorrenuestra vida social, este lugar
resulta paradojal. Porque este lugar, la organización de las Madres,
implica la afirmación de la vida; pero nació de la lucha contra la
naturalización de la muerte. Por eso me pareció que las paradojas
marcaban la tarea que iba a realizar con ustedes. Ese carácter
paradojal me estimula, porque creo que las paradojas, las
contradicciones que se dan en larealidad y en el pensamiento, fueron
desafíos que convocaron tanto a Freire como a Pichon Riviére...
No
es mi especialidad la educación popular. Pero sí creo conocer la obra
de Paulo Freire, por haberla leído y por haber compartido con él
distintas instancias de trabajo.
Lo que intentaré exponer hoy son
algunos de los puntos de articulación que encontré entre dos pensadores
latinoamericanos queno por casualidad no pudieron trabajar juntos, no
se conocieron. La causalidad está en la fragmentación que ha sido,
históricamente, un instrumento de opresión en América Latina.
En
algún momento, Freire me comentó: “Yo leí a Pichón y pensé ‘este hombre
me ha copiado’; pero después leía las fechas y me daba cuenta de que yo
había pensado lo mismo en otro tiempo y en otro espacio, sinconocernos”.
Ese desconocimiento es emergente de una realidad.
Pero la convergencia nos habla de interrogantes que esa misma realidad
presentaba y del desarrollo de un análisis, y de una disciplina, de una
posibilidad del conocimiento.
Uno de los puntos de articulación
más significativos entre esos dos pensadores, está dado por la
Pañuelos en Rebeldía
http://www.panuelosenrebeldia.com.ar...
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